Superspace Records, mi sello, es un oasis de música visionaria que no radical las más de las veces. De tanto en tanto diversos artistas me envían sus elucubraciones sonoras. Para mi desgracia, o quizás no, la mayoría de esas veces tengo que rechazarlos pues o son muy indies o muy heavy stoners o, peor aún, risibles refritos. Incluso para Perú Avantgarde llegan a enviarme notas de prensa y discos de brit pop, post punk y demás yerbas. Paso. Como les iba diciendo algunas de esas veces los astros se alinean y llegan a mis oídos verdaderas obras de arte. Me pasó con Julio Cafarena de Chile, con quien hemos lanzado ya varios documentos, o con el locaso James T. Rao de Orange Cake Mix.
Desde Buenos Aires el uruguayo Gabriel Pereira Spurr, quien el próximo mes cumple 60 (¡¡gracias sooper kosmos por darnos tanto!!), nos envía el que debe ser uno de los discos del año, el cual ni cortos ni perezosos publicamos en one por Superspace. "Monopolio" es un trip de 8 temas y 57 minutos donde los legados de Robert Fripp, Brian Eno y Dave Pearce de Flying Saucer Attack diseñan colores, ecos, visiones y guitarras ambientales que harán de la más insulsa rutina un portal al nirvana.
Pereira ha creado con eximia inventiva una obra maestra del post rock cósmico sudamericano. Tiene mucho que decir. Se siente en cada timbre de su viola, en sus acoples taladrantes, en esas voces tratadas con decenas de efectos, en los horizontes que nos regala. Ven y disfruta con nosotros en Superspace la nueva música cósmica rural sudamericana.
Cuéntanos sobre tus inicios en la música alterna. ¿Qué bandas te formaron o escuchaste de adolescente y en la primera juventud? ¿Cómo llegaste a la escena space rock psicodélica?
La elección caprichosa que realiza mi memoria me ubica a fines de los 60 en un Uruguay que no fue inmune a las fuertes corrientes socio-políticas-culturales que atravesaban Latinoamérica. Mi llegada a la escucha masiva de música alterna se da por un camino lateral. La literatura. Mis lecturas corrientes abarcaban desde Bakunin y Proudhon hasta Nietzsche, pasando por el conde de Lautrèamont, Bertrand Russell, Ezra Pound y César Vallejo. Pero la llave fue la beat generation, y en particular las novelas de Jack Kerouac. Los beatniks escuchaban jazz y yo escuché jazz. El disco catalizador fue Gongs East de Chico Hamilton, con Eric Dolphy en saxo alto. Después, casi de inmediato, con ese gran sponsor que es la muerte, comenzaron a llegar las grabaciones de Jimi Hendrix y todo fue diferente. Y arribaron Zeppelin, Crimson y Zappa [cuya mención era retaceada debido a que mucha gente no lo consideraba “serio” (algo así como “me gusta Zappa, pero prefiero que no me vean con él)] y…. por esos misterios insondables, y detrás de una multitud de músicos con una popularidad mucho más acentuada… The Residents. Con el correr de las décadas hubo saltos naturales de un género a otro, pero esos saltos siempre estuvieron presididos (como escucha) por la completa falta de mapa, por el riesgo que implica adentrarse en zonas ciegas sin resguardo, algo que como manipulador de sonidos, también me apasiona.
En cuanto a mi aproximación a la escena, es simple; se debe pura, exclusiva y demoledoramente a la red. El noventa por ciento de mis contactos de Facebook son personas que no conozco, pero cuyo trabajo, como parte de esa escena, me parece extraordinario y dado que no tengo empacho en reconocer este tipo de situaciones se fue creando una sutil red de vínculos que hicieron que naturalmente ocupe un lugar (tan virtual como esa red) indeterminado. No fue algo fruto de la estrategia. Prefiero la espontaneidad a ultranza.
¿Cómo es la escena de avanzada de Uruguay tu país o de Buenos Aires donde resides?
En cuanto a la escena uruguaya, la verdad, no mucha tengo idea. Las pocas noticias, qué paradoja, me han llegado a través de Fiorella16, que es un músico peruano cuyos trabajos me parecen súper interesantes, en una conversación que mantuvimos hace pocos días. Mencionó que había una escena con buenas bandas en desarrollo. Este desconocimiento de mi parte es natural; a pesar de la cercanía ya llevo treinta y cuatro años viviendo en la Argentina. En relación con Buenos, debo decir que hay artistas de grandiosa talla como Zulu Souvenir, Zigo Rayopineal, Criadero en Seres y los que mi limitada memoria selectiva obvia. Un párrafo aparte merece la escena del interior. En Mendoza están Simón Miguelo y Eduardo Arauz y entre Villa Ballester y Trenque Lauquen, ciudad situada a quinientos kilómetros de Buenos Aires, se da mi proyecto paralelo Dronosaurio, con Mario Ayala Herrera y Néstor Polenta, de generación de música a distancia. En rigor de verdad, hace seis meses no nos conocíamos y ya teníamos un disco editado en Carbono Proyecto de Fabián Racca, en Santa Rosa, La Pampa. Dronosaurio es otro fruto de la red, dado que surgió por el conocimiento de los anteriores proyectos de Mario Ayala Herrera, un músico magnífico que viene trabajando desde hace treinta años en la escena experimental sin el reconocimiento que a todas luces merece. El tiempo obrará justicia.
Tu disco por Superspace Records, “Monopolio”, casi no parece partir de improvisaciones, se escucha todo bien estructurado, sin vacíos ni dudas en la performance. Imaginamos que has usado varios canales por cada pieza. ¿Cómo fue el proceso de creación de Monopolio? ¿Quiénes participan? ¿Qué instrumentos, efectos y software usaste? Por momentos suena a un cruce volado entre Robert Fripp y Flying Saucer Attack.
Uf! De atrás hacia delante, gracias por la comparación con don Roberto y Flying Saucer Attack, cuya música en los noventa consumí con fruición. En cuanto a la estructura de Monopolio, como todos mis emprendimientos el componente improvisación resulta indispensable. La base la brinda la teoría de la construcción fonética: primero el sonido, luego el lenguaje. El paso siguiente, que en realidad solicita un esfuerzo largamente previo, es el desarrollo sin pensamientos secundarios del dominio de la técnica. No apelar a regrabaciones y soltar sin más, porque creo firmemente en que no podemos dar más que lo que damos en ese momento determinado. En definitiva, cómo puedo “mejorar” una toma? ¿Cuáles son los parámetros que indican que he llegado al óptimo? ¿Dónde, para tornarlo académico, debo parar la recopilación de datos y elaborar la hipótesis? Todas estas disquisiciones me desgastan. No hay más notas que las que aquí, ahora. Como verás, acabo de mostrar la hilacha zen.
Monopolio fue creado íntegramente en mi pequeña casa, con una vieja pc corriendo Windows XP y en un Pro Tools LE prehistórico alimentado por una Fast Track Pro de Maudio. Como instrumento utilicé una guitarra Fernandes Revolver Pro 81 con Fernandes Sustainer, tocada ocasionalmente con ebow y mis pedales son un Pixel, que es una suerte de sinte para guitarra de la marca argentina Dédalo, una maravilla; dos fuzz, Tesla de Lee de Forest (otra marca argentina de alto nivel) y un Biyang de excelentes resultados; dos pedaleras, una g1xon de Zoom y una M5 Stompbox Modeler de Line 6; un Whammy V de Digitech, y un pedal de volumen Morley de los 90. Todo eso redondeado por un delay DL4 de Line 6. En cuanto a teclados, un controlador midi y tecnología VST. Toda la ejecución me pertenece. Pero hay algo que cierra sin fisuras toda la arquitectura de Monopolio y es el arte de Hernán Cassiodoro. Cuando le envié las pistas para que elaborara la tapa intuía que el resultado me iba a satisfacer; me quedé corto.
¿Cómo ha sido recibimiento del público a tu música en concierto? ¿Algún feedback de la prensa quizás?
Ha sido notable. Me he topado invariablemente con comentarios laudatorios, con gente que lo expresa hasta con emoción. Es más, me he reencontrado con gente que estuvo en alguna esporádica presentación de algún proyecto de hace veinte años y que me ha dicho: no sé que pasó esa noche, pero algo pasó. Entiendo, pero con cierta tristeza, y no por una cuestión de trascendencia, que el hecho ha quedado asentado como un mojón, y como cualquier mojón que se precie, es inamovible. No puede ser trasladado a la dinámica de todos los días, porque para esas personas esa dinámica tiene una lógica diferente. Responden positivamente como excepción puesto que reaccionan a un abanico de sensaciones que previamente tienen en agenda. Si no estás allí es más fácil eliminarte. Y aquí entra en el juego el papel de la prensa, que por supuesto es paupérrimo, porque prefiere el confort de la mediocridad antes que el riego del desaire. Por lo tanto no difunde. El feedback con la prensa es inexistente.
De tu discografía ¿qué documentos recomiendas a los lectores de Perú Avantgarde darles una escucha atenta?
Parafernalia, que anda por Free Music Archive, Lim Boh, que es el trabajo inmediatamente anterior, en Carbono Proyecto Records y, sin lugar a dudas, el próximo, que se va a llamar Amusia y espero que salga por Superspace Records.
¿Cómo afecta el ambiente socio político argentino actual a tu creación musical?
Definitivamente de manera positiva, porque es tan negativo que despierta y mantiene vivo mi espíritu de resistencia. La estulticia de aquellos que en este momento se encuentran en el poder en la Argentina es simplemente avasallante y es por supuesto, la síntesis de sus votantes. En la Argentina de hoy la cuestión es clara. Dominio de los medios de producción, y dominio absoluto de los medios de comunicación. Este último factor es fundamental. Luego de décadas de ablandamiento han logrado que la gente repita, sin el más mínimo análisis, cualquier slogan que se le imponga. La contratara es que ellos, desde esos mismos medios pueden verter declaraciones que los exponen sin la más mínima reacción. Hace poco el Presidente del Banco Central de la República Argentina, por radio, dijo: “la Administración anterior enfocaba sus esfuerzos económicos en el desarrollo del consumo interno. A nosotros el consumo interno no nos interesa, queremos la inversión extranjera”. ¿Alguien tiene dudas de que hay algo más atractivo para la inversión extranjera que un alto índice de desocupación, además de un debilitamiento pronunciado de los derechos de los trabajadores? Por ahí vamos.
¿Brian Eno o Kevin Shields?
Ah, Eno, sin lugar a dudas, desde Roxy Music hasta Reflections y Sister un profundo agradecimiento.
¿Qué planes futuros con tu arte?
No planes; he llegado hasta aquí surfeando el oleaje ominoso a medida que aparece. Que la suerte haga que la providencia esté de mi parte es un viejo chiste de Aldous Huxley. Estoy de acuerdo. ¿Por qué debería cambiar?
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