Casi todos los trabajos que Karlheinz Stockhausen escribió en la década de 1950 parecían abrir nuevos caminos, pero pocos tuvieron un impacto más duradero que Kontakte, que planeó en 1958 y que realizó durante los siguientes dos años en los estudios electrónicos de la Radio de Alemania Occidental. La partitura existe en dos versiones: como un trabajo puramente electrónico en cinta, siguiendo el igualmente innovador Gesang der Jünglinge que Stockhausen había completado inmediatamente antes, y como una pieza electroacústica (la primera y una de las primeras compuestas), en el que los sonidos pregrabados se combinan con instrumentos en vivo, un piano y percusión.
Kontakte (1959-60) fue la primera pieza de Stockhausen en usar electrónica e instrumentos tradicionales juntos, marcando un punto de inflexión en su carrera, cuando su música comenzaba a mostrar las influencias del jazz y compositores de vanguardia estadounidenses como John Cage. En Kontakte, los músicos en vivo tocan junto con una grabación en cinta de sonidos de percusión que han sido alterados por diferentes dispositivos electrónicos (es decir, un modulador de anillo o un reverberador). Stockhausen quería que los músicos improvisaran sobre la cinta preparada, pero los músicos estaban tan perdidos que Stockhausen eventualmente tuvo que marcar también las partes instrumentales.
Fue estrenada en un festival de Colonia en mayo de 1960. El nombre se refiere, según explica el autor, “tanto a los contactos entre grupos de sonidos instrumentales y electrónicos como a los contactos entre distintos momentos, autosuficientes y claramente diferenciados entre sí”. Existe en dos versiones, una para electrónica sola y otra para electrónica, piano y percusión. Su composición supuso, de nuevo según Stockhausen, “el hallar por primera vez la forma de controlar las distintas propiedades de la música [timbre, altura, intensidad y duración] de acuerdo con un solo criterio rector”. Su estreno marcó un antes y un después en la música moderna.
Fuente: Internet
Kontakte fue presentada en dos versiones: una con acmopañamiento de piano y percusión; la otra -preferia por muchos, incluido el dúo electrónico Autechre- sin acompañamiento. Como explicaron Stockhausen y otros, el tema de Kontakte era su forma. Representaba para él la culminación del serialismo, una hazaña de organización total en la que "timbre, altura, densidad y duración son puestos bajo control único". En las interpretaciones en vivo, el centro de control era una "mesa giratoria" rodeada de por cuatro micrófonos desde la que el compositor podía manipular y distribuir por el auditorio los sonidos de la obra, colocándolos en cualquier lugar que quisiera por medio de parlantes ubicados en las cuatro esquinas de la sala. Esto hacía posible una variedad de relaciones entre la fuente sonora y el oído humano. Organización total como plataforma para la libertad absoluta: una posibilidad excitante o perturbadora dependiendo de la disposición del oyente para absorber música en la "oscuridad", sin los apoyos y certidumbres de los arreglos y la orquestación convencionales. Para algunos, Kontakte puede sonar como desechos electrónicos tóxicos arrojados en forma aleatoria por malhechores escondidos. No escasearon los oyentes que pensaron eso, varios de ellos ubicados en posiciones elevadas. Como recordó Stockhausen en 2005 en una entrevista con Réjean Beaucage: "Karl Amadeus Hartmann, compositor sumamente influyente y presidente de la filial alemana de la Sociedad Internacional para la Música Contemporánea, pasó al lado mío al salir de la sala y soltó: 'Scheißstück', '¡Una mierda!'. Me sentí realmente herido".
Kontakte fue compuesta y presentada en una época en la que la imaginación popular del mundo occidental todavía estaba sumida en las pesadillas de posguerra de una inminente invasión de ovnis, representadas en incontables películas de clase B y parodias por Jerry Lewis y The Phil Silvers Show. También estaba la perspectiva de la exploración humana del espacio exterior, con los primeros satélites puestos en órbita y Yuri Gagarin a punto de hacer el primer vuelo espacial tripulado. Según Stockhausen, el título de la obra se refería en términos académicos a la interfaz entre diferentes elementos musicales, pero la palabra tiene su propia resonancia: uno piensa en el "primer contacto", no solo con formas de vida alienígenas, sino también con formas de música extraplanetarias, completamente alejadas de las bases en que se asientan las músicas conocidas, de la tierra en la que están cultivadas. Es una música que llega justo en el momento en que la topografía de la imaginación humana está comenzando a expandirse hacia lo cósmico desconocido. Los eventos que se insinúan en Kontakte en términos abstractos/concretos -ansiedad, impredictibilidad, aventura- deberían haber reflejado los de la humanidad al borde de la era espacial, deberían haber tocado múltiples fibras; una sensación del espacio exterior acoplada a una nueva conciencia espacial. No obstante, al menos en su propio tiempo, su impacto estuvo confinado a una pequeña camarilla dentro del mundo académico subsidiado de la vanguardia europea. Elvis seguía siendo el principal proveedor de electricidad popular.
DAVID STUBBS
"Sonidos de Marte. Una historia de la música electrónica"
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