Del 2003 al 2023 ha corrido mucho tiempo y se han deschavado varios ex subtes y alternativos devenidos esperpentos fujimoristas. Bien dicen que por la plata baila el mono.
El 2003 empezaba el reino de lo indie en la escena peruana, tal cual vemos hoy, y se daban los últimos coletazos de los transgresores noventas. ¿O acaso los noventa no se fueran nunca? Aquella calenda se publicó "Perú pueblo imbécil" de INSUMISIÓN, un disco marcado por el gabber noventero y los malos vuelos que tanto las drogas como la putrefacta sociedad producen en los más sensibles o en los menos ganados por el cinismo a todo dar. Eran los días cuando, como muchos otros, personajes como Leo Bacteria y Christian Galarreta solían acudir a la Plaza de Acho a buscar pleito y protestar contra las corridas de toros, forcejeando a voz en cuello contra los criollos y tucos que asistían en familia, llegando incluso a ser presos en la comisaría del sector. Sucio policía grita la canción ahora más que nunca.
En 2003 Galarreta estaba produciendo música bajo su nombre civil, si bien abreviado a "chrs galarreta". Y no podemos dejar de mencionar al hermoso "Instalaciones" (Aloardi, 2002), soundtrack de lo que fuera su presentación en el Park o Bahn, organizado por Alta Tecnología Andina y JJ Castro. "Primavera Laptop" (Aloardi, 2003), de solo 4 tracks, es un divertimento que surca libre las tormentas y desiertos de la glitch computer music, el error intro-meta-musical. Chrs sacude las posibilidades de la PC para obtener sonidos intrigantes, noise de laboratorio y algorítmicos sin sentidos. Por esos años el laptopista estudiaba tutoriales y manuales en inglés del Pure Data, devorándoselo de pe a pa para explorar los intrilingüis del software aquellos años, cuando la hoy Universidad de Música aka Conservatorio Nacional brillaba, como hoy, por provenir de las cavernas.
Varias veces Galarreta tocaba mi puerta, en el cono norte, con disco nuevo bajo el brazo para compartírmelo y disfrutarlo juntos. Así cuando audicioné este "Primavera laptop", tras haber degustado los últimos releases de Evamuss, me pareció una obra hija de su época, días cuando aún brillaban las Atlántidas finiseculares. "Primavera Laptop" pudo ser publicado por Editions Mego o Mille Plateaux. Así de rupturistas son sus vibraciones y huelga decir que el resto de la movida indie alternativa perucha -programas de cable y tv incluídos- estaban en otra, jamás se dieron ni quisieron darse cuenta de nada, con honrosas excepciones: Hákim de Merv, Willi Jiménez, Helene Ramos. Pero ¿de qué asombrarnos? si el padrino de los artys, Jorge Villacorta, difundía horrorizado el indie rock de Ray-o-bac como si hubiera contemplado a Massona fornicando con Sonic Boom calatos. En el reino de los ciegos ... ¿Qué no hubiera sentido tal especímen de presenciar algún concierto de Evamuss en los 90, en bares de a sol la barra teloneando a Insumisión y M.A.R.U.J.A. o en el mítico El Averno de Jr. Quilca con Jardín y El Conejo de Gaia de soporte?La algarabía de los aloardianos no conocía límites y por esos días estaban por publicarse las óperas primas de otros cadetes del terrorismo digital peruano, a saber, Rolando Apolo, Gabriel Castillo, El Hombre Topo. En los points under de los conos gozamos de conciertos alucinantes. Especialmente flota en mi memoria la vez que Carlos Tapia organizó un evento de poesía y música en un colegio de la avenida Universitaria cruce con Carlos Izaguirre. Allí performaron Veronik y Marco Rivera con su proyecto Jardín Vértigo empero, los sonidos que plasmó Chrs fueron de una fantasía flagrante: como Alicia en el país de las maravillas del siglo 50 explorando aventuras entre androides, amarus celestiales y glitches de ruido vivos. Lo siento aún conmigo y dentro de mí ahora que pronuncio su recuerdo, cayendo en la cuenta de que quizás el contenido más importante de estos documentos de la música latinoamericana sea que devinieron prueba palpable de los sueños que tuvimos y las utopías que deben llegar muy a pesar de la pueril decadencia de hoy, cuando vemos conservas indie darkys por todos lados, enfermos que apuestan por el neoliberalismo a rajatabla pero provienen de hogares cuyas casas existieron gracias a las dádivas del Estado, edificios para proletarios, urbanizaciones de los conos, etc., demonios que sonríen al estalinismo de mercado pero provienen de universidades y colegios fiscales, pasteleros que se decían inmortales y cuando la parca les toca la puerta... Santa simplicidad.
A pesar de esto o justamente por ello, es necesario poner en agenda acontecimientos como el que tratamos aquí: los 20 del "Primavera Laptop", incólume en su pureza y osadía.
Wilder Gonzales Agreda.
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