By . QSN – 10-97
El período histórico que abarcaremos parte de 1900 y llega a 1930. Sabemos que para algunos, las vanguardias se extienden más allá de este período. Uno de ellos es John Cage, quien alguna vez declaró: "La vanguardia no se ha terminado. Siempre habrá una. La Vanguardia es flexibilidad de mente y sigue, como el día a la noche, de no caer presa del gobierno y la educación. Sin la Vanguardia no se invertiría nada".
Cada ismo en la historia ha delineado sombras de lo que hoy consumimos y escuchamos. En esta oportunidad sólo nos abocaremos a la escucha curiosa.
Palabras en libertad (Irredentismo) de F.T. Marinetti
Cuando emerge el futurismo en Milán bajo la concepción de Filippo Tommaso Marinetti, se buscaba quebrar, corromper, recrear el arte tradicional en la historia, con tonalidades de agresión y audacia, que quizá siempre estuvieron presentes, pero rezagadas.
Llevando éste contexto a la radio, Lawrence Alan Gerson, productor de la WHTX, señaló en una entrevista publicada en 1990: "el sonido es un medio artístico al igual que lo son la arcilla y el óleo. Puede moldearse, estirarse, colorearse, endulzarse, repetirse, darse vuelta, imitarse, cortarse, hacerse irreconocible, lo que sea".
En éste movimiento vanguardista que nace a mediados del decenio del siglo xx, se vivía la famosa época de oro de la radio analógica. El uso de equipos mecánicos, eléctricos y numéricos daban una labor ardua al proceso de creación de las piezas sonoras. Lo cual no era un impedimento para la creatividad. Para la unión de la máquina al ser humano.
El italiano Luigi Russolo lo entendió muy bien, por ello en 1913, cuando él mismo daba descripciones de ‘puertas corredizas de los almacenes, de la algarabía de las multitudes, de los diferentes estruendos de las estaciones ferroviarias, de las forjas, de las fábricas de hilados, de las imprentas, de las fábricas eléctricas y de los trenes subterráneos y de los ruidos absolutamente de la guerra moderna’, describía una caída envuelta de ruido, del cual todos huían, pero ésta constante en nuestras vidas, Russolo las plasmaba en este ismo.
Cuando el futurismo comienza a hacerse cada vez mas público, en enero de 1909, nace el primer Manifiesto Futurista, bajo la firma de Filippo Tommaso Marinetti. Texto que fue luego publicado en la revista Poesía, editada en Milán y posteriormente, el 20 de febrero, apareció en la primera plana del diario El Figaro de París.
El Arte De Los Ruidos, es el manifiesto escrito por el también pintor y compositor futurista, Luigi Russolo, quien dentro de los exponentes del futurismo (Umberto Boccioni, Carlo Carrá, Velimir Khlebnikov, Honnegger, Edgar Varése, Balilla Pratella, y otros más) fue el que se acercó mas a lo abstracto.
La influencia de Russolo, llegó a la radio, donde animó el trabajo de los diseñadores de sonido y de directores para la recreación de ambientes y atmósferas sonoras (como óperas y poema sinfónicos orquestales y vocales). G. Sommi – Picendardi, crítico, calificó a Russolo como el precursor de la estética radiofónica y de la música moderna.
Un nombre que no se puede olvidar aquí es el de Velimir Khlebnikov. Quien el 1921, escribió un manifiesto titulado La Radio Del Futuro, donde la describe como un árbol central en nuestras conciencias.
‘La radio del futuro de Khlebnikov tenía un enorme poder de influencia , gracias a la transmisión sensorial de notas prescritas que eran capaces de incrementar la labor productiva de los trabajadores. Era una radio sinestésica que cautivaba al público, al grado de la fusión de las radioondas con la vida mental de las naciones, cualquier interrupción de la transmisión podría provocar "un apagón mental sobre el país entero, una temporal pérdida de la conciencia"
Dentro de la imaginación del futurismo nacen las palabras liberadas ante respuesta sin preguntas. Es aquí donde el lenguaje dinámico , cobra otro significado, otra importancia: las onomatopeyas. El Poema sonoro La Battaglia Di Adrianopoli, transmitido en 1924 es prueba de ello.
En esta pieza sonora, se escucha el trabajo onomatopéyico con "zang-tumb-tumb de los cañones, el taratatata de las ametralladoras y otros sonidos intercalados con instrucciones musicales" (Kahn, 1992) .
Aunque parezca no tener un orden el poema sonoro de Marinetti, cuenta con un guión o partitura, pues se trata de un texto que seduce a quien puede verlo. Esto es porque emplea distintos tamaños, texturas, formas de letras, de tal forma que las letras y palabras escritas cobren vida también a la vista. Es un código de interpretación kinética y vocofonética. Luego los dadaístas desarrollaran este trabajo, como Hugo Ball.
De acuerdo con el historiador Guido Salvetti, el futurismo musical fue
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