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viernes, 27 de agosto de 2021

Héctor Béjar says I


Mural dedicado a Héctor Béjar en Independencia (Lima Norte)

...El clientelismo tiene relación directa con la sostenibilidad del poder. Han existido en el pasado republicano redes clientelares formadas alrededor de líderes carismáticos como Haya de la Torre (13), Sánchez Cerro. O también alrededor de dictadores como Odría y Fujimori. O de líderes “democráticos” como Belaunde. Y ahora con la red del neofujimorismo de Keiko y Kenyi.

En el Perú existe institucionalizada: la patrimonialización del poder en el Estado (desde el régimen colonial) y las organizaciones sociales; redes clientelares alrededor de diversos tipos de patronazgo religioso, económico o político. La existencia de redes horizontales que no tienen ni filiación ideológica ni lealtad a ningún líder específico, sino que se orientan de distinta manera apoyando opciones políticas aparentemente diferentes, 

13 Puede creerse que exagero cuando hablo de Haya de la Torre como un líder clientelista. No olvidemos que desde 1956, año de su retorno a la legalidad, el Apra pobló al Estado con sus militantes, en el Congreso, las Corporaciones Departamentales de desarrollo, el Poder Judicial, las universidades, el magisterio y la seguridad social.


según las posibilidades de recibir beneficios colectivos y no solo individuales. Los historiadores nos muestran que, desde la colonia, concebimos el cargo público como una propiedad personal que sirve para el enriquecimiento particular y la protección de la familia extensa, los clientes y los amigos. No somos, en sentido estricto, una república, porque no estamos dispuestos a respetar la cosa pública. Somos una res privada, un sistema de depredación y  apropiación del suelo sobre el que estamos y de todas las cosas que nos rodean. Pensamos que lo público es una extensión de lo privado, un territorio a explotar en beneficio personal. No construimos, no mantenemos, sino usamos hasta que las cosas envejecen o desaparecen por nuestro uso inmisericorde.

La sociedad peruana es fractal

Por otro lado es una afirmación repetida que somos una sociedad fragmentada. ¿Cómo siendo una sociedad fragmentada podemos ser país? Yo prefiero la idea de que somos una sociedad fractal. 

Lo fractal es un concepto trasladado de la física y de la teoría de sistemas a la sociedad. Se trata de pequeños cuerpos que se reproducen y son relativa y aparentemente autónomos, separados y distintos uno del otro. Pero tienen características comunes y están comunicados. En el terreno social sucede lo mismo. Cada grupo desconfía del otro y en cada grupo hay un líder que no acepta competencias. Pero todos los grupos saben que son semejantes a pesar de sus diferencias externas, porque su comportamiento los identifica, los hace cómplices. Así un pequeño empresario que evade impuestos porque quiere o porque se ve obligado a hacerlo, puede sentirse identificado con un gran empresario que comete estafas, compra jueces, atropella a policías, discrimina a sirvientes, desprecia a cholos, insulta a negros. El pequeño quiere aprender del grande. Sueña con ser como él y por tanto no está en esencia contra él. Ganar un juicio comprando a los jueces o evitar una multa sobornando al policía son costumbres que sobrepasan las fronteras de las clases sociales y hacen que todos nos identifiquemos en una sola y gran complicidad y estemos dispuestos a unirnos contra cualquiera que denuncie o quiera terminar con este “sistema”. La reacción natural de quien comete una falta es increpar o atacar a quien le llama la atención en vez de reconocer la culpa. Esconder la culpa. Justificar lo hecho con cualquier argumento. O evadir la responsabilidad abandonando a las personas en peligro o a las víctimas de los accidentes o los errores cometidos. Igual si es un hijo, una mujer, una deuda, un compromiso de trabajo o un peatón a quien se ha atropellado. Como lo personal se impone sobre lo familiar, la solidaridad o complicidad familiar tiene el límite del interés  individual. La familia puede ser esclavizada o sometida por el padre, la madre o el líder. O puede convertirse en un lugar más peligroso que el ámbito externo cuando se trata de abusos o violaciones.

Los proletarios y esclavos invisibles quieren ser burgueses

En el Perú se va formando un nuevo proletariado que es en realidad, como dijo alguna vez Carlos Franco, una nueva plebe rural y urbana que ya no está marcada en los moldes de la organización industrial, sino depende de quienes dominan y monopolizan el mercado, el comercio y la pequeña producción, atada a su vez a las industrias grandes o a los importadores mayoristas. Las mujeres que laboran en las empresas de agroexportación trabajan doce y catorce horas muchas veces en trabajo nocturno y dentro de cabinas de frío. Las niñas y los niños son semi esclavos o esclavos en los lavaderos de oro y las ladrilleras. Los jóvenes tienen que mendigar empleo y trabajar por el salario mínimo en retails, restaurantes y services. Las jóvenes encuentran trabajo en microempresas, en casinos o en la venta de su sexo. 

Cada actividad económica tiene su mafia y cada mafia tiene sus sicarios, adolescentes que ganan plata matando gente por encargo. Una generación de vendedores callejeros, acróbatas en los cruceros de tránsito, mendigos en los semáforos, vigilantes nocturnos que trasnochan y arriesgan la vida para poder vivir, cobradores de combis, lavadores de carros, impulsoras de supermercados, anfitrionas de casinos, niños y niñas que se prostituyen por miles en las calles de Lima y las ciudades de la sierra y la selva; que crecen en un mundo de miseria material y moral.  Trabajadoras y trabajadores de los malditos services en la ciudad y en el campo. Son los proletarios de hoy. Pero no se sienten proletarios. No saben que lo son. Quieren ser burgueses o, al menos, pequeños burgueses. Ellos no podrán convertirse en una burguesía porque están condenados al autoconsumo, a vivir al día. Cuando acumulan es casi siempre a un alto costo moral. Para avanzar, para crecer,  deberán empujar, ocupar, transgredir las leyes, comprar conciencias y decisiones, es decir, envilecerse y envilecer. Tampoco pueden convertirse en proletariado industrial porque no hay ni habrá grandes industrias, ya no vivimos en esa época. 

Aquí gobiernan las mafias

Los próximos años estarán marcados por la segmentación de la sociedad: dos Perú que no están separados sino mezclados, intercomunicados en una sola complicidad, dos hermanos siameses. Mafias y plebe. Las relaciones de poder estarán dadas por la dependencia / subordinación / negociación entre mafias y plebe.

Lo que está sucediendo es que una plebe cubre el país homogenizando y superponiendo la multiculturalidad; la anomia se extiende, inutilizando el ya obsoleto sistema normativo y legal y la inútil y corrupta administración de justicia. Los recursos que forman el capital natural estarán en poder de las empresas  internacionales, muchas de las cuales han formado también un  sistema de corrupción mediante la compra de políticos y funcionarios del Estado. Hay ausencia de gobierno entendido como  la orientación del país hacia objetivos nacionales, lo que hay son mafias en el poder cuyo objetivo no es gobernar sino lucrarNo se gobierna, se administra. No se administra las cosas sino las personas, las influencias. La política mediática tiene como tarea mantener alienada a la plebe. La política económica es  succionadora y sangradora. La política social mantiene tranquilos a los pobres, sujetando su voluntad mediante pequeños regalos y limosnas.

Los nuevos agentes sociales dominantes son los grupos, lobbies o mafias empresariales que han penetrado el Estado poniéndolo a su servicio; las empresas explotadoras del capital natural que imponen sus reglas; los líderes o mafias locales; las firmas de narcotráfico; la jerarquía católica y militar fundamentalista; las sectas religiosas que promueven la lucha contra el demonio; y los grupos represores cuyo objetivo estratégico es hacer que el sistema de explotación y control dure muchos años. A esta red se opone una inteligencia académica, democrática y moderada; un conjunto de partidos políticos fragmentados; una comunidad de dirigentes de organizaciones sociales y femeninas; y miles de activistas dispersos que se unen eventualmente en acciones imprevistas de protesta o demanda. Minorías desorganizadas al margen de un gran conglomerado de  indiferencia.

HÉCTOR BÉJAR
Historia del Perú para descontentos

2020

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barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

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es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

kpunk

las cosas como son

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las cosas como son II

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