A 25 años de la implosión matriz de Crisálida Sónica y la "Compilación I" pasamos revista a uno de los músicos y actos más talentosos de aquella movida. Hablamos de Carlos Mariño, ex miembro de Resplandor, Hipnoascensión y Serpentina Satélite, recordado sobre todo por su proyecto GIRÁLEA. Los vi en vivo en el Arabe Pub y en algún perdido point barranquino, ora se decantaban por una aleación de shoegaze vaporoso otras veces por el post rock en vena Seefeel + Techno Animal.
Mariño publicó su debut, "Hacia el Fin", en 1999, luego de tomarse algunas fotos en las instalaciones de la Bienal de Lima de ese año rodeado de floripondios y efectos psicodélicos. El tape de una hora de kilometraje, una amalgama de vibraciones que van desde Loop hasta Clan of Xymox con estaciones en Low, Eno y Silvania es uno de los tesoros perdidos de la música latinoamericana. Muchos años después y tras haber trajinado en proyectos como Serpentina Satélite y los Hipnoascensión de "Mixtura" encontramos a Carlos perdido en el olvido...
Cuéntanos sobre tus inicios en la música alterna, ¿cómo descubriste el shoegaze y el post-rock, qué discos te rompieron la mente y el alma?
Al shoegaze llego por Silvania y Slowdive, cada disco de ellos fue una gran experiencia, sin embargo, creo que Silvania tiene una poesía en sus melodías, sonidos, letras y hasta en su gráfica que lo hace mucho más interesante para mí, además creo que su exploración musical fue más amplia. Me acompañaron mucho, tuve la suerte de decírselo y agradecerle personalmente a Cocó y años después a Mario. Para mí los discos más interesantes del Shoegaze los hicieron esas dos bandas.
¿Qué recuerdos de tu paso por Resplandor como baterista?
Pues gratos recuerdos, yo venía tocando covers con amigos pero Resplandor fue mi primera banda, tenía 15 años, salía de recoger un cassette de la tienda de Eduardo Lenti, fui a ver los discos de Leca en galerías Los Pinos y ahí encontré el aviso que puso Toño Zelada.
Resplandor ya existía cuando llegué; estaba el Chino Burga apoyando en el bajo y Toño en guitarra y voz; ellos tenían ya canciones y buscaban un baterista. En esos días le comenté al Chino que tenía un amigo que también tocaba batería, era Aldo Castillejos y así formaron Claroscuro.
En Resplandor fuimos ordenando las canciones, también empecé a aportar algunas, hicimos una primera grabación y más tarde llegó Henry Gates en el Bajo y Roberto en la guitarra, ellos trajeron buenas canciones e ideas también pero no se lograron grabar.
Gracias a la gestión de Toño, con esa formación tuvimos un concierto en la discoteca Bauhaus y además tuvimos un buen sonido, cosa difícil en esos años. Luego como suele pasar en las bandas, fuimos notando que cada uno tenía ideas musicales que iban distanciándose y preferimos separarnos.
A la distancia, ¿cómo recuerdas la escena de los 90, Crisálida Sónica, la música que se hacía y escuchaba, etc?
Pues de Crisálida sónica recuerdo la autogestión, para los conciertos buscábamos auspiciadores que aportaban desde 8 soles a 40 soles (por lo general eran tiendas de música de Kilka ó Galerías Brasil) y con eso cubríamos la impresión de volantes, afiches y equipos de sonido; recuerdo nosotros mismos pegando afiches en la Av. Arequipa, el centro de Lima, muy divertido.
Háblanos por favor de Girálea.
Cuando empecé Girálea tenía 17 años, estudiaba una carrera y venía pensando en ideas de canciones, pero no tenía guitarra eléctrica, mucho menos efectos ni amplificador; así que al principio me prestaba efectos y tocaba con las guitarras de las salas de ensayo. Entonces empecé a trabajar a tiempo completo (almacenes, repartos, instalación de parabrisas, etc) y a estudiar de noche para comprar poco a poco instrumentos; semana a semana iba adelantándole dinero a un tipo de una tienda en Paruro mientras veía mi guitarra por el escaparate jajaja, y bueno, así de esa manera probablemente en un año compré el resto de cosas y además un secuenciador Yamaha QY 20 que me ayudó bastante.
Recuerdo haber visto Girálea como banda apoyado por el Chino Burga, Pierina Yupanqui y Raúl Reyes de Catervas, ¿guardas demos o ensayos de esa etapa?
Lamentablemente no conservo ningún registro de esa etapa
¿Cómo grabaste y en qué sala el demo del año 99 con joyas como “Prisión”, “Vacío”o “Ama”?
Pues a mediados del 98, luego de comprar los instrumentos y armar las canciones, entré a un estudio pequeño en San Borja que acababa de montar un chico recién graduado en sonido, recuerdo el estudio tenía grabador de cinta, una consola de 8 ó 12 canales, algunos racks de efectos y un amplificador Marshall de esos años.
Como a todos los que empezábamos, lo que menos disponíamos en el estudio era de tiempo, tú sabes que la hora de grabación es cara, yo tenía todo muy preparado para grabar rápido y así fue; la demora vino en la mezcla porque discrepaba con el técnico buscando efectos y sonidos. Mientras tanto el tiempo corría y el presupuesto se acababa, él tenía un dispositivo donde grababa los masters que no se conseguía fácilmente aquí; acabada la mezcla me dio una copia del master en un cassette de cromo a condición de que cuando le llevara el resto del dinero, me daría la copia del master en el dispositivo que el manejaba; así que salí a buscar el dinero, vendí discos, esperé cobrar en mi trabajo, pero al parecer tardé más de lo acordado y cuando llegué con el dinero él ya había borrado las cintas y el master, así que mi grabación se redujo al cassette de cromo.
Puedes imaginar la rabia que sentía, pero bueno, días después conversando con Henry Gates, me comentó que tenía unos amigos que podían hacer una masterización y les di mi cassette; recuerdo era gente súper buena onda y me contaron se la habían pasado bien masterizándolo. La verdad el sonido mejoró mucho.
El arte del cassette y la fotografía lo hicieron con mucha amabilidad y paciencia Rodrigo Loayza y Henry Gates y la foto portada la tomó Wilber Dueñas en una instalación de floripondios de una bienal del centro de Lima.
“Ama” fue una canción para la que no hubo tiempo de grabación en estudio, casi todas las melodías estaban secuenciadas y yo tenía pensado colocarlas en un canal diferente para luego tratarlos y mezclarlos, pero nada de eso ocurrió; luego del incidente con mi master, convencí al técnico de grabar “Ama” en vivo directamente al master pasando el secuenciador por mi procesador “zoom 3030”, hice melodías, modulé los efectos en vivo y así para bien ó para mal quedó la grabación.
“Hacia el fin” fue música urgente en su momento, tenía que ocurrir y capturó un poco de mi estado mental en ese tiempo, está bien, creo que en el primer acorde puede verse a alguien caminando solo en la noche del centro de Lima entre la humedad, la gente, las luces, el riesgo y los placeres.
¿Después de ese casette qué senderos tomaste?
Después de la grabación organicé algunos conciertos y le pedí a Juan Roldán me ayudará en vivo; por ese tiempo decido estudiar teoría musical y piano clásico en el conservatorio nacional, tiempo después Juan me pide colabore con el bajo en Hipnoascensión; con ellos grabamos el cassette “Mixtura”, recuerdo con gusto los ensayos en casa de Juan y de Neto, ya los conoces, los hipnoascensión son gente muy agradable.
Un par de años después Aldo Castillejos me invita a tocar guitarra con Serpentina Satélite, junto a Renato Gómez y Bito Dextre; muy buenas personas también, mucha risa y confianza dentro y fuera de los ensayos;, con ellos grabamos el EP “long Play”
Luego empiezo a estudiar guitarra andina (Ayacuchana) sin darme cuenta que entraba en una exploración de la cultura andina que se dio naturalmente, primero a través de la música, luego en viajes, el cine y la literatura.
Años después alrededor del 2014 Aldo me llama y me comenta su proyecto personal “Registros Akasicos”, él ya lo tenía grabado y me dio mucho gusto escucharlo en su casa, creo que era la música que él siempre había querido hacer, sonaba genial y muy bien producido, imagino que le debió tomar mucho tiempo y trabajo hacer.
Además de música, ¿qué otras expresiones concitan tu interés?
Las artes plásticas, la literatura, el cine; me atraen mucho las artes escénicas (el teatro, la danza), estuve en un taller de teatro sobre comprensión corporal, una locura de experiencia, muy recomendable.
Hace 25 años se lanzó la Compilación I de Crisálida Sónica, ¿qué recuerdos con ese tape?
Me da gusto que ese grupo de adolescentes que éramos haya logrado hacer algo así y lo tenga registrado, eso es positivo.
¿Cómo es un día en la vida de Carlos Mariño hoy?
Pues cada día es una lucha Wilder, busco comer saludable, trabajo independiente, estudio, me ejercito un poco, pago impuestos, hipoteca, trato de dormir bien.
Planes futuros y palabras finales.
Tengo pendiente desde hace años hacer un disco. Te agradezco me hayas contactado, hay cosas que no recordaba.
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