Del vendaval de copistas de la escena podemos separar discos como "Bioanarquía" (2023) de THANATOLOOP, supremos en inventiva, raíces y sensibilidad.
El nuevo disco de Michelle Leroy aka THANATOLOOP, "Bionarquía" (Witch Cat Records, 2013), está informado de seis canciones de optimismo ante el caos desbordante en Chile y en todo el planeta. 45 minutos, dosificados en seis episodios, le son suficientes al santiaguino para alejarse de la vena industrial palpable en su anterior trabajo. En Bionarquía le encontramos cerca de la inspiración juglar y lírica de unos AND ALSO THE TREES meets DEAD CAN DANCE. Leroy dota a sus composiciones de psicodelia, aplicando efectos como el fuzztone o el delay revestido de reverb y recurriendo a la técnica de levantar mantras hipnotizantes y cabalgatas de ruido catatónico. Horadará tu psique más temprano que tarde. Se despliega libremente abrazando delirios y sueños, amparado por una acústica y letras rayanas en jolgorio, anarquía y optimismo.
Thanatoloop ha devenido en voz y ente personalísimos de la movida latinoamericana. Una escena donde descollan fácilmente los "ingeniosos copistas" de bandas extranjeras que apelan a sus contactos para alcanzar renombre. Los hay de todos los colores y tipos, copias de Mazzy Star/Opal, copias de Slowdive, de Autechre, de Explosions in the Sky, de Sonic Youth, de Pixies, etc. etc. etc. Ustedes saben quiénes son y de dónde salen sus "ideas". Considerando el panorama, es agradable la existencia de genuinos músicos, como THANATOLOOP, que presentan un sonido tan potente como sincero en sus raíces y sensibilidad. De lirismo sublime y propiciatoria producción, "Bioanarquía" no será disco del año para los medios y revistas del montón. Y no te deberías sorprender de ello. Ubícalo al lado del "Synthexcess" de Sajjra, "Paisaje III" de Silvania y el "Tutamanta" de Brageiki. El genio no se compra.
Wilder Gonzales Agreda.
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