Comenzaré la reseña con una singular anécdota. Era 1995 y durante la clase de Estética y Percepción, en la Facultad donde "estudiaba", la profesora solía ponernos algo de música, al tiempo que nos conminaba a cerrar los ojos y preguntaba qué color veíamos mientras audicionábamos perplejos -no se apresuren, chicos, que lo más radical que ella nos puso fue The Doors (ja!). Un buen día, aprovechando un breve relax de la clase, me atreví a proponerle al jefe de práctica, Jaime Bailón, que escuchara algo que me había prestado. Accedió. Sonó entonces "Babysbreath", el primer track del Bloweyelashwish de Lovesliescrushing. El JP, emocionado, solo pudo articular: "¡¡esto debe ser 10 años después del Psychocandy!!".
Al degustar los diez episodios intitulados de la excelente ópera prima de Apolo -recomiendo seguirle la pista a Erebo, su disco del 2005 junto a Gabriel Castillo-, me es inevitable decir/exclamar/revelar: "¡¡esto parece 25 años después del Bloweyelashwish!!". Ventana 221 no solo está repleto de lúdicos sonidos digitales disparados a mansalva, sino que perenniza las enseñanzas de My Bloody Valentine y las del proyecto de Scott Cortez. Lo que le hace frente a tus oídos es tan real/irreal como un corazón transformándose en diamante dentro de ti. ¿Artillería usada?: PCs, osciladores de juguete, guitarras eléctricas, cajitas musicales, etc. Todo ello transformado en un dulce-para-algunos/ácido-para-otros futuro que ya está aquí y quiere inocularse en nuestros pensamientos.
¿En qué ciudad vivimos/estamos? Ni en la Viena de la escudería Mego, ni en la Londres de Creation Records. Sin duda, junto al esperado debut de Tica, de lo mejor que ha editado el gran sello limeño en este año que empieza a declinar. "Are you an echo?"
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