Localizado en Uganda el sello Nyege Nyege Tapes distribuye artistas pan africanos orientados al folk y a la electrónica. Anoche tuve el placer de atiborrarme de jolgorio y asombro con las mutaciones del disco de Jako Maron, "The electro Maloya experiments of Jako Maron". Natal de Réunion una isla en el Océano Índico, Maron cultiva el estilo Maloya, usado en el siglo XIX por los pueblos esclavizados de Madagascar y África Occidental. Debido a la fuerza de su sonido y a representar a la clase baja oprimida el gobierno francés prohibió la Maloya en 1946, levantando la censura solo a inicios de los 70.
Este álbum compila trabajos elaborados entre los años 2006 y 2015 y es una re-interpretación de la Maloya, a saber, una amalgama trance percutiva escasa de armonías, ejecutada con sintetizadores modulares y cajas de ritmos. El resultado es emocionante. Como un Pan Sonic africano o un Drexciya en reflexión de una experiencia inenarrable. Un sonido que captura y hermana a los desplazados del sistema, a los N N, a los subalternos de todos los tiempos.
Si originalmente Maloya servía para comunicarse entre esclavizados, a la manera de un diálogo de llamada - respuesta, la actualización electrónica del señor Maron es una llamada a la protesta esperando una respuesta afirmativa del ser, de luchar por la libertad en un mundo diseñado por los de arriba para aprovecharse sempiternamente de la clase baja. No se necesitan gritos ni consignas, estos sonidos comunican rupturas del "orden", significan revueltas reales y prolongadas.
Después de todo y, como hemos venido avisando en este blog -ahí están Tonga Boys o Bonie Lulegan- la gente a la que todo el mundo estuvo robando, humillando y saqueando vienen por lo suyo y tal parece que no hay IA, ni algoritmos que los detengan. Un patadón a tu cabeza, un grito experimental y electrónico de sublevación.
Wilder Gonzales Agreda
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