Snd son maestros de la microgestión. En un punto intermedio entre la obsesiva mendicidad del tiempo que caracteriza a sus compatriotas de Sheffield Autechre y las ondulantes películas tonales de sonido que nadan bajo los ritmos de Basic Channel, la suya es una música fresca y subliminal que tiene el efecto opuesto de un viaje nocturno por Babilonia: parece ralentizar su entorno. Es más contenida que el traqueteo incesante y estridente del trabajo reciente de Autechre, donde ningún sonido se deja sin modificar durante más de 15 segundos. En su mayor parte, snd ya ha trabajado en la idea antes de comenzar a grabar, y una vez que está en su lugar, la dejan funcionar con un ajuste mínimo.
Remendado con una mezcla similar de clics mecánicos y tonos de manchas invertebradas que se esparcen como los remolinos dub de Pole, la electrónica de SND evoca pequeños eventos que a menudo pasan desapercibidos, como la lluvia que mancha el exterior de una tienda de campaña, ventosas de plástico en las baldosas, papel de burbujas de plástico que estallan (quizás el "cassette" del título debería leerse como una forma francesa de "pequeño descanso", en lugar de un medio de casetera anticuado y poco práctico). La otra cara del rebote urbano del speed garage, esta música comparte algo de su urgencia recortada mientras se drena del contexto. Si el garage es, como señala Simon Reynolds, una forma de escucha de comodidad aspiracional, un lujo de Coca-Cola y galletas, el tipo de música que SND representa es el de un retiro sin muebles, una operación ajena en la que el retiro del ermitaño en una cueva tecnológica de Aladino se usa para alcanzar adaptación con las máquinas que nos rodean. A veces puede resultar extremadamente espartano, este disco es un loft de hormigón amueblado según el dictado de la revista Wallpaper con adornos de Muji. Pero me alegro de que exista este espacio refrescante.
ROB YOUNG
Extraído de The Wire # 185, Julio 1999
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