Miguel Uza fundó el proyecto indie rock RAYOBAC junto a Carlangas, Valentín Yoshimoto y Neto Pérez. Arremetieron en la escena a inicios de milenio generando feedback y una considerable legión de adeptos que atesoran hasta hoy su sonido y experiencias en vivo. El curador de arte contemporáneo Jorge Villacorta les invitó a sonorizar una expo en la Sala Luis Miró Quesada de la Municipalidad de Miraflores circa 2004 y el resto es Historia. Uza viajó a Europa ya el 2003 por lo que varios de los conciertos se dieron sin su presencia. Ha vuelto con un disco de intransigentes desvaríos guitarreros que alcanzó a colar en nuestro ránking. De tal obra, su carrera y más charlamos con uno de los nombres clave tras el nacimiento del indie peruano, Miguel "Miki" Uza.
Gracias por concedernos la entrevista Miguel, cuéntanos sobre tu background musical previo a integrar la banda de los primeros dos miles RAYOBAC. Sabemos que fuiste al San Antonio de Padua de donde son otros melómanos como gente de GRITA LOBOS y ARIAN 1. ¿Qué nos puedes decir al respecto?
Gracias a tí Wilder, por el interés y la oportunidad. Efectivamente estudié en el San Antonio de Padua, en Jesús María, y lo que me tocó a mí en la secundaria, en los 80s, fue una época en la que se escuchaba/bailaba/intercambiaba mucha música Punk/Wave/Dark inglés/americano pero también rock argentino y español.
Es en ese ambiente cuando al escuchar The Clash y The Ramones, habrá sido 86/87, empecé a tener el sueño de tocar la guitarra (o el bajo, en realidad daba igual en ese momento) en una banda. Y al descubrir el Rock Subterráneo (Narcosis, Autopsia, Zcuela Cerrada principalmente), vi más “factible” que sin saber tocar podía hacerlo. Es ahí cuando con un grupo de amigos del colegio, empezamos a juntarnos a tocar guitarras de palo y baldes, lo que después sería AutoGobierno, una banda Hardcore/Punk con la que llegamos a tocar 4 o 5 veces en vivo.
Después del colegio, esa banda se disolvió por falta de actividad, y empecé a tocar con otra gente y también otros estilos musicales, sin mucha continuidad la verdad. Luego en la primera mitad de los 90, con unos compañeros de Artes de La Católica, donde ingresé el ‘91, empezamos a ensayar, seguido y durante varios años. Aunque no llegamos a grabar nada y sólo tocamos un par de veces en vivo, es en esa banda cuando empiezo, con la guitarra, afinaciones y efectos, a buscar un sonido, una manera de tocar y de componer. Esa banda se llamó El Rayo X y pocos años después también va disolviéndose paulatinamente, entre el ‘98 y ‘99.
Háblanos de Rayobac y cómo se conocieron con el gran Carlangas que venía de formar Electro-Z. ¿Cuántas grabaciones o sesiones existen como Ray-o-bac?
Empiezo a trabajar de jefe de prácticas en la Facultad de Artes y en el 2000 conozco a Valentín Yoshimoto, que había ingresado recién, a través del primer baterista de El Rayo X (Armando Andrade). Teníamos mucha coincidencia en gustos musicales, pero sobre todo que tocábamos la guitarra. Cuando nos encontrábamos en la Facultad nos poníamos a hablar de pedales, de grupos, de música en general.
Un día le digo para ir a una sala de ensayo, ya tenía la idea de ser 3 guitarristas o más, y le propuse pasarle la voz a algún baterista para tener alguna base sobre la cual tocar. Al único que conocía en esa época y que podría estar disponible e interesarle, era el segundo baterista de El Rayo X (Francisco Melgar). Le comenté sobre la idea y que iba a llamar a un tercer guitarrista, pero me dijo que él iba a pasarle la voz a un pata. Éste pata resultó ser Carlangas. Aún recuerdo ese primer ensayo de un par de horas, terminamos sordos.
Muy poco después de eso empezamos a ensayar incansablemente, en la casa de Carlangas y de vez en cuando en alguna sala, durante años, trabajando las ideas que iban saliendo improvisando, y es así que finalmente salimos a tocar en vivo (ya con Neto Pérez en la batería) y luego a grabar. Yo me vine a España en septiembre de 2003, y aunque ellos se presentaron un par de veces sin mí, ya no hubo tiempo para mucho más.
En cuanto a grabaciones, sólo tenemos lo que salió como disco. Hay algunos otros temas que grabamos previamente, para recopilatorios y pruebas, y sabemos de algunas grabaciones en vivo de gente que fue a los conciertos, que no fueron más de 10.
Jorge Villacorta comenta en algún video documental que cuando les pidió sonorizar la expo en aquella Galería de la Municipalidad de Miraflores, los alucinaba en onda indie y se ve que lo agarraron al fresco con un jamming más tirado al noise. Siempre me pareció sintomático ello puesto que en los 90 existió la movida Crisálida con grupos locasos como Evamuss/Diosmehaviolado o Hipnoascensión -por no mencionar Espira o Girálea- y que Villacorta, siendo quien es en “el mundo del arte sonoro”, se venga a sorprender de un set de noise rock ya en los 2 miles, da qué decir por lo menos. ¿Qué nos puedes mencionar al respecto?
La verdad, no he visto el documental que comentas por lo que no he escuchado/visto el comentario en mención, ni tampoco participé de esa presentación (es una de las tocadas que hizo Rayobac sin mí, ya el 2004) por lo que no podría opinar sobre ello. Lo que sí puedo decir, es que Jorge conocía bastante bien a Rayobac: nos había visto tocar en conciertos, había ido a ensayos, habíamos hablado de música, etc. Así que sinceramente me sorprendería que no haya sabido a lo que iban los muchachos.
Más allá de eso, no considero a Crisálida Sónica como “Arte Sonoro”, si no como “Rock” (o una vertiente de ello en todo caso), y como tal creo que no le hace falta la validación de lo primero. Eso sí, me pregunto por qué no ha tenido más reconocimiento, que nunca está de más. Tal vez no falta mucho para que le llegue.
¿Por qué decidiste dejar Lima y radicar en Barcelona? ¿Motivos laborales quizás?
Un poco de todo, coincide además en un momento personal/familiar en el que se dio así y además me dieron una beca parcial para estudiar (en una universidad de Barcelona), durante un año. Pero también tenía ganas de vivir y trabajar fuera, y experimentar qué era eso. Al principio, un poco sin darme cuenta terminé quedándome año tras año. Y ya luego conscientemente, aunque extrañaba a la gente, las pocas veces que iba de visita a Lima, me regresaba sabiendo que no iba a volver a vivir allá.
¿Qué extrañas de Perú ahora que llevas tiempo allá?
A la gente, a la familia, a los amigos.
Lo que me daba cuenta esas veces que volvía, que eran muy espaciadas, es que me había perdido de tantas cosas que pasaban entre una visita y otra, que a la vez me daba nostalgia pero a la vez sentía cómo iba dejando de “pertenecer” a ello. La última vez que estuve por allá fue en Agosto de 2024, y creo que no volveré en mucho tiempo. Fue una visita bonita, coincidimos con mis hermanos (que también viven fuera) y las familias de cada uno. Lamentablemente no vi a toda la gente que me habría gustado, porque con todo ello sabía a despedida. Y esta vez a diferencia de otras, desde que he vuelto a Barcelona extraño mucho la comida.
¿Qué conciertos o bandas has visto o te gustaría comentar?
Los primeros años fui a muchos conciertos, en festivales y en salas pequeñas, pero ya hace años que así no más no voy. La verdad, me voy sintiendo cada vez mayor, y más al ver cómo la gente de las bandas que me han gustado ha ido envejeciendo, y con ello tomar consciencia que también uno ha ido perdiendo capacidades, energía, etc. al igual que ellos. Creo que ahora mismo el único grupo que me cago por ver en vivo es 7seconds.
Tu experiencia sonora perfecta es:
Ver videos en YouTube de grupos de los 80 (peruanos o no, pacharacos o subtes, todo junto y revuelto) con amigos, tomando chelas y cagándonos de risa.
Háblanos de tu reciente álbum, ”20|22”, elaborado en pandemia, ¿cuál es tu set up/equipos, cómo fluyes para componer, etc?
Siempre voy grabando ideas, y justo antes de la pandemia había empezado un grupo de temas, que durante el confinamiento y después fueron aumentando, hasta llegar a ser unos veinte. A mitad de 2022 ya estaban terminados, pero murió mi mamá y decidí aparcarlos. Recién a finales del año pasado me sentí con ánimos para publicar una selección de ese material.
En la mayoría de casos los temas se van armando a partir de la guitarra usando diferentes afinaciones, tocando de manera intuitiva, hasta que alguna idea/sonido/acorde me llama la atención y empiezo a explorar variaciones o complementos, sonido con los efectos, etc. Durante esa exploración es que también fui probando percusiones, en algunos casos samples programados y en otros grabé sonidos de objetos. Este proceso suele durar semanas y hasta meses, pero siempre voy trabajando muchas ideas a la vez, que grabo y/o apunto y voy retomando o desechando.
En cuanto a equipo, lo más importante por el proceso que tengo son las guitarras con afinaciones diferentes, también me gusta tener loopers porque me ayuda a grabar al vuelo las ideas que me llaman la atención en el momento y a trabajarlas por encima. Al estar tocando solo esto es básico para mí. Por supuesto también aportan lo suyo en esa exploración los efectos, uso sobre todo distorsiones/overdrives y delays/modulación de lo más típico. No le he entrado a la onda “boutique” que hay ahora.
Tras todos estos años, ¿qué te da la música que no consigues en otras experiencias o, dicho de otro forma, por qué seguir haciendo música?
Para mí el rock, a diferencia del arte (volviendo a la referencia de una de tus preguntas anteriores), es algo más visceral, más inmediato, que te genera una conexión emocional sin necesidad de rollos ni explicaciones teóricas o academicismos. Tocar una guitarra y sentir ese sonido distorsionado me conecta emocionalmente con lo que estoy haciendo/escuchando, a un nivel de profundidad que ninguna otra experiencia me da.
Sigo haciendo música por esa emoción.
Planes futuros y palabras finales.
En Julio del año pasado publicamos en plataformas digitales el disco de Rayobac, con una nueva mezcla realizada por Carlangas a partir de la grabación de 2003. Hay probabilidad de una edición en vinilo/CD para la segunda mitad de año, pero todo por verse aún.
Ahora mismo Carlangas y yo estamos a punto de editar un disco en cassette, que empezamos a chambear antes de la pandemia, a través de un sello de Barcelona. El proyecto se llama uza.zetangas, y la idea es que Carlangas venga a tocar para un concierto de presentación del disco antes de mitad de año, estamos planificando todo eso.
En paralelo, seguimos grabando ideas como siempre cada uno por su cuenta, algunas de las cuales vamos compartiendo con el otro (estamos intentando componer de manera conjunta a partir de ideas menos trabajadas, para ver qué pasa), y según lo que vaya saliendo podríamos tener otros lanzamientos en un futuro cercano, ya para el próximo año.
Gracias nuevamente por la entrevista Wilder, suerte con el libro y demás planes.
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