Europa fue una joven fenicia raptada por Zeus en una playa del Asia menor, y este mito refleja sus orígenes asiáticos que fueron completados después por el aporte «bárbaro». Casi todo lo europeo viene de otra parte: la escritura viene de Sumeria y Egipto; el monoteísmo, de Judea; la pólvora, de China; el dinero es mongol; el álgebra, de Arabia; las patatas, de América; los fideos, de China; la filosofía, de Grecia. Se puede argumentar que el derecho es romano, pero la propia Roma viene, nuevamente, de Grecia. A su vez, Grecia es heterogénea y Roma es griega y hebraica. Son culturas complejas porque complejo es el ser de la cultura. Europa es asiática, bizantina, árabe.
Pero, entonces, ¿dónde está el plus propiamente europeo? ¿Cómo fue que los europeos pudieron construir el mito de la Europa centro y la Europa universal? Europa creó el mito del individuo; y con él, su manía de acumulación. La justificación del egoísmo individual se realizó usando la estratagema de la pureza que ya fue usada por otros pueblos (cada pueblo pretende ser puro, central y superior). La suma dinámica de los colores, mediante el movimiento, se convierte en blanco y puro. La primariedad, la pureza, es una ficción creada por el observador. Así como el color blanco no existe, lo puro es, como se verá más adelante, siempre un mito construido como instrumento para afirmarse, a la vez que para crear y justificar el poder sobre los otros. No hay hombres blancos, sino rosados o morenos, pero el mito del «hombre blanco» aventurero, individualista y dominador se expandió por todo el mundo. Hoy, cuando las mujeres europeas tienen cada vez menos hijos y los migrantes más, lo puro es igual a la muerte, a la extinción. Quien quiera conservarse puro, degenerará primero como consecuencia de la endogamia y después desaparecerá. La conquista, la Inquisición, lo colonial, son antimestizajes realizados en nombre de la homogeneidad y la pureza. En realidad, Europa es, al mismo tiempo, heterogénea, policéntrica, multicultural, mestiza, cosmopolita. Necesita retornar al mundo para que la refecunde.
Además de portar componentes culturales de su respectivo Oriente, sin los cuales Occidente sería imposible, los supuestos «blancos» europeos que elaboraron mitos sobre un presunto puro origen sajón, galo, germano o ario, desde el Rey Arturo hasta las valkirias, fueron mestizos (mezclados) desde su mismo nacimiento. No es lo puro, sino lo mestizo, aquello que crea civilizaciones.
La Europa “civilizada” es bárbara
En el proceso de formación de la actual Europa, las agrupaciones culturales primigenias de los pueblos que los romanos llamaban bárbaros se instalaron en diversas circunstancias y por distintas causas sobre la elaborada cultura romana que no desapareció del todo en Occidente, mientras en Oriente permanecía Bizancio como heredera directa de la vieja cultura griega enriquecida por el aporte romano y cristiano. El imperio romano no cayó, se trasladó y vivió mil años más. Se trató, como en muchos otros casos, de movimientos de migración del norte hacia el sur y del sur hacia el norte. Las corrientes humanas formaron y forman las civilizaciones en todos los continentes generando cambios en el cumplimiento de una ley dinámica de traslación y transformación que acompaña la naturaleza humana. En esta dinámica sin término, los romanos, que fueron bárbaros en relación con los sofisticados griegos, tuvieron que pasarse la vida combatiendo contra los germanos, los vándalos, los godos, los hunos y otros pueblos que consideraban más bárbaros que ellos. Y, como parece ser la ley de la historia, esos pueblos, más simples pero más vigorosos, los derrotaron finalmente, infiltrándolos y transformándolos. El feroz guerrero derrota al culto y, a diferencia de lo que se enseña en la historia escolar, el componente oriental era el más importante en el mundo romano mediterráneo. A su vez, como señala José Luis Romero, la cultura clásica romana ya había sido influida decisivamente por Persia, Siria y otros pueblos durante los últimos tiempos del imperio. Se trató de un complejo fenómeno de evolución intercultural en que las culturas de pueblos distintos se entremezclaron.
HÉCTOR BÉJAR
Historia del Perú para descontentos (2022)