"El libro del amor tiene música / es en realidad de donde la música viene", proclama esta cumbre del detallismo lo-fi. Y lo parece.
Perjuraba Stephin Merritt, genio creativo que impulsa a The Magnetic Fields, que "69 Love Songs" no era una obra sobre el amor, sino "sobre canciones de amor, algo muy diferente". Y aunque resulta obvio que buena parte de las modalidades, vicisitudes y puntos de vista de la relación amorosa esparcidos en el sexto largo de la banda de Boston no responden a experiencias personales de Merritt, sí que traslucen su aureola. Esa fama de persona (y compositor) a caballo entre el romanticismo y el sarcasmo. O directamente afín a la misantropía: "No one will ever love you honestly/no one will ever love you for your honesty" ("nadie te amará honestamente, nadie lo hará por tu honestidad") asegura uno de los cortes del segundo CD. Tres discos individuales (o en una caja de edición limitada) componen esta imprevista obra maestra con germen en un proyecto de musical. Casi tres horas sin apenas relleno. Hito que, además, suponía un giro en el sonido de los Campos Magnéticos: el synthpop de sus primeras entregas, reinante hasta "Get Lost" (1995), convive y se cruza aquí con multitud de instrumentos orgánicos, muchos de ellos en manos del propio Merritt. El hombre-orquesta lo-fi reserva el pop cien por cien sintetizado para otro de sus proyectos, Future Bible Heroes. Y se adentra en un camino que radicalizará en los tres trabajos de Magnetic Fields posteriores a "69 Love Songs", la llamada "No Synth Trilogy".
Pero Stephen Merritt no está solo. Cuenta con John Woo a la guitarra, el chelo de Sam Davol y el piano y la batería ocasional de Claudia Gonson, que juegan un papel tan importante como las voces de esta y de los invitados Shirley Simms, LD Beghtol y Dudley Klute, que relevan como solistas al barítono a veces abisal del líder en un tercio de los temas, o entablan duetos con él (esa variedad de gargantas quizá siga el ejemplo del debut de The 6ths, otra encarnación de Merritt). Y lo fundamental: un sinfín de oro puro en pop acústico, con beats o próximo al indie rock, folk irlandés, rap de crooner, bromas experimentales...
RAMÓN FERNÁNDEZ ESCOBAR
RDL 333