Y la neblina era más espesa y los alcoholes ya me estaban pasando, caminábamos rápido a la Herradura y Pisquito taconeaba cada vez más fuerte el asfalto, volteo y le pregunto: ¿cómo fue?; Lelo que se las quiere dar así porque sí trome de la caña y a toda velocidad y en curva peleándose con este a la Magal, me dice señalando a Miquey; y por joderlo le digo: ¿y la Pota?; y Pisquito me responde con un gruñido, y le cuento, Profe, la Pota a los quince chibola mamacita, dicen: a todos los sapos de su barrio de La Victoria me los tenía sufridos, y una noche con uno y la otra noche con otro, y sólo plan de jeta y paleteo, para pasar el tiempo, hija, todos son unos cholitos, no me creas tan caída, dos años más y de novia con un muchacho decente: alto, blanco, rubio, ojos azules y miraflorino con auto y todo; y una amiga de su Unidad Escolar que la inquieta desde hace tiempo: si no sales del barrio te vas a ahuesar, yo con tu cuerpo no estaría perdiendo el tiempo con tanto mocoso, si quieres te llevo, vieras que la señora es muy buena y en tu casa ni cuenta que se van a dar, no ves yo, nadie me pregunta que de dónde saco la ropa que me manejo; y una tarde se encuentran en la Plaza frente a la Municipalidad, y las dos: uniformes y cuadernos, toman colectivo, se bajan en la Brasil, caminan tres cuadras y entran a un chalecito: ya se la traje la Nely, le dice la amiga a una vieja bien pintada que las hace pasar a un dormitorio bacán: pero qué tímida eres; y la Nely retorciéndose de vergüenza se desnuda; la vieja la examina, luego la perfuma, la viste con trajes finos y ajustados mientras le pinta la cara: ya te enseñaré poco a poco a comportarte para que ganes mucha plata, pero eso sí cuidadito con decir; y la amiga le interrumpe: la Nely no es ninguna tonta; y la vieja: no está demás un consejo, si te preguntan en tu casa que de dónde sacas la ropa y plata para tus gastos, una amiga que me presta y me invita, contestas; la deja en el dormitorio y al rato entra un teclo gordo con un vaso de güisqui en la mano, y ella que se muere de miedo y el teclo que le ofrece el cielo y luego, luego, pitoncita se la comes, así es, Profe, cómo suave la metieron al cuento a la Nely, y en su casa que comienzan a sospechar , pero qué chucha le puede decir su viejo si lo que gana con la venta de tijeras, cortaúñas, espejitos y condones por la Colmena no le alcanza ni para parar la olla, y la Nely que da bastante molido para el diario y hasta compra ropa para toda la familia, y deja la Unidad Escolar y hace la vida que quiere, pero eso sí, que la vecinas chismosas no se den cuenta de nada, le dice su mamá, y la Nely siempre pensando en agarrar en plan de matrimonio a un joven decente, pero sólo tiene que vérselas con viejos que ya ni pueden pirobéarsela y así hasta que pasa los veinte y luego tardes íntegras sin hacer ni un puto medio: siempre están llegando chiquillas de colegio y la competencia es fuerte, y la mami ya está que le pone cara de bruja; salud, Profe; un zambo vecino le echa el ojo: primero me la trabaja como templado y después se la pirobea haciéndole sentir lo que es bueno y como la Nely siempre con viejos se enchucha del zambo, joven no más, maceta y arrecho, y ella como perrita se va tras él hasta los barracones de Bellavista, y las primeras semanas: maridito y mujer, pero se acaban los ahorros, y el zambo: no se vive del aire y los tiras me tienen bien parqueado; y me la pone a rendir en el Troca y cada noche le exige más y más plata y por cualquier cosita golpe que va y cachetada que viene y la Nely en venganza que da su chucha gratis a todo muchacho de tipo decente que la busca, y el zambo aburrido que se consigue otra chibola y la Nely me la pone de patitas en la calle y tiene que buscar otro cabrón, y la misma historia, y así de caficho en caficho, hasta que una noche llega al Troca un muchacho, chinito él y bien piedra, entra y lo recibo como a cualquier cliente...
OSWALDO REYNOSO
El escarabajo y el hombre
1970
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