Estos días cuando la fachería gobierna y hasta pretende instalar una policía del pensamiento que nos diga qué es posible o no, casi no tiene sentido escribir sobre música o activar este tipo de posts donde el arte y la cultura son el sumo bien. La infausta realidad apabulla. Sí pues nos quieren adocenar, indoctrinarnos con una mentalidad que alcahuetee entes subalternos: el puro lucro, la dominación del otro y la naturaleza. Como alguien dijo hace unos años, POR LA PLATA BAILA EL MONO.
Pero algunos homínidos hemos conocido el arte y la música. La cultura -con mayúsculas- en buena cuenta. No podrán estropearnos, por más que lo intenten desde todos sus canales y por todos los poros. Tendrán que matarnos primero.
Quizás la alternativa sensata que tenemos reside en la creación de utopías a través del arte/música y aguardar que desde tales horizontes surja lo sempiterno inefable y la belleza, el éter reine y nos divinice. Y de eso tratamos ahora, muy a pesar de estos días. ¡Hemos de ser valientes y estar a la altura de nuestros sueños! De una utopía que lleva por nombre: MIEL NUBE HIEL. Creada por ilustres peruanos de avanzada, SILVANIA.
"Miel Nube Hiel" lo audicioné circa 1993. Mi buena estrella me había presentado ya las gracias del shoegaze de My Bloody Valentine, Slowdive y Chapterhouse -¡gracias hermano Jaime Alfaro!- así que ni bien puse mi atención en las cuatro canciones del EP entendí que comulgaban del mismo espíritu que nos atraía tanto a los shoegazers de esos primeros 90.
Debemos la llegada del Miel Nube Hiel y de las grabaciones de Silvania en primer lugar a Pedro "Palanca", un artista subte de San Marcos quien, además de difundirlo en Los Pinos, los paseó por las calles de La Colmena. Todavía recuerdo cuando entró a la tienda de Lenti, con el vinilo bajo el brazo. Casi sin exigir nada a cambio dejó el acetato para que nos lo regrabáramos y conociéramos al entonces cuarteto.
De Silvania hemos hablado mucho, así que no les cansaré. Solo acotar que el disco fue publicado por la disquera valenciana Experience Records, regentado por una pareja uruguaya, que en algún fanzine contaban que no grabaron más temas por falta de presupuesto y que alucinábamos mucho con la dedicatoria a Támira de Salon Dadá y Col Corazón de aquella gema, "Solineide (miel nube hiel)". Impelido por todo esto -¡tenía 16/17 años, madre mía!-, las visiones y la música alcancé a contactar a Támira por teléfono circa 1994 y la cité a la tienda de un amigo, llamada curiosamente 4AD, en la calle Miguel Dasso. I was a teenage shoegazer...
Gracias por tanto perdón por tan poco.
Wilder Gonzales Agreda.
ALGUNOS MELÓMANOS DE LA ESCENA DECLARAN SOBRE LO QUE FUE PARA ELL@S EL "MIEL NUBE HIEL" (1992) DE SILVANIA
ROSARIO (24 años, Guanajuato, Mexico)
[Estudiante, música y poeta]
La primera vez que escuché a Silvania tuve un impacto de emociones muy grande, estaba muy feliz, Silvania abrió mis ojos y me enseñó un camino que hasta la fecha trato de perseguir siempre. Los descubrí porque mi pareja, Sergio, un día me habló muy emocionado para que fuera a su casa, me dijo que tenía que mostrarme algo. Llegué y me mostró la compilación “Crisálida Sónica - Compilación I”, y en la búsqueda de ese sonido, también comenzamos a escuchar a Silvania. Su música me pareció una entidad muy sensible, un shoegaze hispano que no existía, y por lo tanto, era único y pionero en su especie.
El Miel Nube Hiel es un disco hermoso y original, muy relacionado al sueño y lo volátil.
Silvania representa uno de los exponentes de shoegaze más fuertes en la escena peruana, una escena que cambió el rumbo de la música para siempre. Representa algo muy especial para mí, puesto que fueron los primeros en hacer shoegaze y subgéneros afines con letras en español, asimismo, y hasta donde entiendo, Silvania fue una grande influencia para las escenas de Crisálida, creo que eso tiene un fuerte mérito en la movida latinoamericana. Yo nací en el '98, lamentablemente no me tocó conocer de primera mano la escena shoegazera de los '90s, pero poder conocer a Silvania mediante su música me conmueve mucho.
CÉSAR ZEVALLOS (27 años, San Juan de Lurigancho)
[Periodista musical al mando de ESPACIO SONIDO]
Es difícil recordar cómo se petrifican las fuentes del goce, los instantes en que la poesía te revuelca como una marea, el momento preciso en que uno se abalanzó hacia su pleno autodescubrimiento. En la época en que descubrí el shoegaze, probablemente en 2013, naturalmente me topé gratamente con Slowdive y My Bloody Valentine, puesto que son dos bandas referentes para cualquier aficionado inquieto por el lado onírico y espacial del rock alternativo. Por entonces, era poco consciente de las delimitaciones territoriales que se esconden tras la música, o simplemente no me importaba que el género musical que me alimentaba con pasión, haya nacido de europeos, humanos con experiencias y realidades completamente diferentes al tercermundo. Pensaba que era improbable para los músicos nacionales acceder a esos instrumentos, solidificar en sonidos esas intuiciones oníricas, tener la valentía de perfilar tu cuerpo y alma hacia la creación de sueños, utopías, amores intensos. Estaba equivocado, las largas horas en YouTube procuraron en mí la sorpresa: por recomendación del algoritmo digital, en 2014 apareció en mi pantalla “Sueño aerostático”, la canción que más añicos hizo en mi cerebro impresionable, perteneciente al primer EP de Silvania, “Miel Nubel Hiel”. ¿Dos peruanos haciendo shoegaze? ¡No lo podía creer! Busqué razones para entender el pasmo, leí comentarios, reseñas, algunos recortes de periódico para empaparme más de su origen y, honestamente, quedé impactado de su valía, pero más del atrevimiento de Mario y Cocó en migrar a un país foráneo para hacer realidad sus sueños, o también lo contrario, traer sus sueños a la realidad. Es que no todos podemos decir adiós ni ser consciente del talento que yace dormido, tampoco la ventaja de poder comprar un pasaje hacia España u otras lejanías. Personas que nacieron en tu mismo país, que sintieron en menor o mayor medida sus conflictos y contradicciones, hacían música para despegar las alas que permanecían quietas (con Silvania, todos somos aves de un mismo nido). Fue de los pocos descubrimientos que alcanzaron de inmediato, en mi trayecto iniciático oyendo música, el estatus de clásico/indispensable, a la misma altura que Slowdive, My Bloody Valentine o cualquier otra agrupación con las mismas intenciones de desestabilizar tu mundo interior con ruidismo hermoso y voces embelesadas. No puedo decir que estuve día y noche oyendo sus canciones, creo que olvidé rápido a Silvania para buscar otros artistas, algo usual en mi relación con la música. Supongo que aprendí a dosificar el sonido para que no pierda su magia. Hoy, 2023 y con una dictadura en ciernes, agradezco mi actitud de adolescente inconformista.
DRIXNER AKA DRX (¿30?, Lima Norte)
[Músico, artista audio visual]
Descubrí este álbum durante un viaje a Ayacucho. Algunos amigos me habían mencionado acerca de él previamente, así que decidí darle una oportunidad. La atmósfera etérea y la belleza de los sonidos me cautivaron desde el primer momento. Mientras viajaba en el bus, me sentía transportado por la música. Al investigar un poco más sobre el grupo peruano formado en España, quedé profundamente admirado por su talento y creatividad.
"Miel Nube Hiel" es como un viaje sonoro a través de atmósferas enigmáticas y sonidos hermosos. Cada canción es una pieza única que combina elementos musicales sofisticados y cautivadores. El grupo peruano formado en España es responsable de crear esta obra musical, y su talento y creatividad es evidente en cada nota. Es un álbum que hará que te sientas transportado a otro mundo y que te encantará, sin importar si eres un experto o un neófito en la música.
Para mí, Silvania representa una voz fresca y vibrante en la escena musical nacional y latinoamericana. Con su álbum 'Miel Nube Hiel', la banda ha demostrado ser innovadora y original en su enfoque de la experimentación sonora y visual. Silvania se destaca por su habilidad para crear una experiencia única y atractiva para el oyente, y su contribución a la escena musical es una que definitivamente no se puede ignorar.
A los Silvania (Mario y Cocó) les diría que estoy profundamente impresionado por su talento y creatividad en la música. Su legado en la escena musical es indudable y su influencia en la música moderna es palpable. Les agradecería por ser una fuente de inspiración para mí y para muchos otros músicos y amantes de la música. Les diría que sus contribuciones a la música han sido valiosas y duraderas, y que es un honor conocerlos en sueños o viajar en el tiempo para conversar con ellos.
Silvania representa uno de los exponentes de shoegaze más fuertes en la escena peruana, una escena que cambió el rumbo de la música para siempre.
ROSARIO
Silvania representa una voz fresca y vibrante en la escena musical nacional y latinoamericana. Con su álbum 'Miel Nube Hiel', la banda ha demostrado ser innovadora y original en su enfoque de la experimentación sonora y visual.
DRIXNER
Con Silvania, todos somos aves de un mismo nido
CÉSAR ZEVALLOS
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