Fue de los primeros trabajos de Z Karkowski que escuché hacia inicios de los 2 miles y en una me maravilló. Ya había experimentado Massimo o las corrosiones del sello Mego, además de Merzbow, así que ElectroStatics me deleitaba cual nana al lado de tales salvajismos esquizoides.
Se trata de una comisión encargada por una radio francesa y vaya que los elementos tomados por Karkowski dicen de lo arduo de su investigación "musical", a saber, señales de radio de onda corta desafinadas, escáner, señal de tierra (electricidad estática modulada por la masa humana), salida directa de una antena, salida directa de un transformador (electricidad estática modulada por corriente de voltaje), resonancia estocástica de ruido blanco.
Compuesta en París y Tokio, los procesos de ElectroStatics generan mazamorras de ruido para la nuca, tan fuertes como tu mejor cañón, lenguajes mutantes de colonias post orgánicas. Tienes que experimentarlo aunque sea una puta vez en la vida. Se trata de incongruencias sónicas, metamúsica, que están ahí para resetear tu psique. Cataratas psicoactivas, ingentes dosis de plasma neurodivergente, ondas de radio manipuladas por aborígenes de Java.
Dicen que My Bloody Valentine con sus cuchumil pedales de efectos son lo máximo en trepanación ruidosa. En el mundo del pop lo de MBV es, qué duda cabe, un martillazo sónico. El discurso de Zbigniew Karkowski va más allá del rockear y cantar y las tendencias hipsters, ElectroStatics es ciencia y exploración del sonido destinado a sublimar rituales pre-históricos como planetas desconocidos. Una investigación devenida en Tao, en religión de la nada.
Y pensar que tremendo genio camino con nosotros...
Wilder Gonzales Agreda
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