En 1990 tenía 13 años, el mundo vivía un falso fin de la historia tras la caída del muro de Berlín y el desplome de la URSS, en Perú un chinito y su tractor habían llegado a la presidencia del país desplazando rochosamente al FREDEMO de Vargas Llosa. Los marginadores marginados. En este contexto pre cambio de siglo, la radio aún era la fuente donde beber y conocer música/músicos con ímpetus de innovación y no solo enlatados de la industria. Te podías topar con canciones de EMF, ERASURE o SOUP DRAGONS viajando en el bus. Doble 9 y Radio Miraflores emitían incluso SISTERS OF MERCY, SONIC YOUTH o THE CHARLATANS en su programación habitual. El grunge aún no aparecía en el horizonte: excelentes días de pop y modern rock. Uno de esos grupazos fueron los SHAMEN y su hit "Move Any Mountain". Una mixtura de electrónica, fiesta y guitarras que además de estimulante resultaba súper adictiva. Recuerdo que junté mis propinas y me hice con el casette yankee del "En-Tact". Lo que descubrí me volteó los ojos: gemas de ambient, techno rave y rock sintético que no había percibido antes. Mucho menos siquiera imaginado.
Exponer mi mente a los 13 años -o 14 años, pues si mal no recuerdo la edición usamericana del En-Tact se publicó en el 91'- a los sonidos vibracionales de Omega Amigo, Hyperreal, Oxygen Restriction o Make It Mine fue resetear mi corteza cerebral. Los mensajes de Mr. C con harto delay y reverb se sentían como exhalados de un planeta a otro desde un desierto de plata. Después de eso mi entrada al universo de las visiones del post rock, el shoegaze y la música experimental más transgresora era cuestión de (poco) tiempo.
En 1990/1991 los charts de medio mundo fueron capturados por himnos a la psilocibina y el DMT, al amor y la revolución. Tal jolgorio también se sufrió en Lima. 30 años hace la neo-psicodelia, el rap profético y el pop rave de The Shamen asaltaron nuestras neuronas y almas. Mueve cualquier montaña y hazla tuya. Mientras los carneros seguían embobados por la goticada, los peinados new wavers y demás bosta refritera (Dylan, Pink Floyd, etc) bajaron los chamanes a este plano de m para regalarnos lo hyperreal. Siempre la utopía romperá todo. (WGA)
Lanzado originalmente en 1990, En-Tact fue el primer álbum de Shamen en presentar a Mr. C. Además de ser uno de los pocos primeros álbumes de dance británico que vale su peso tanto en arte como en sonido, En-Tact es una reunión verdaderamente histórica de la crema de la nueva música de baile; la mezcla y la producción provienen de un elenco que incluye a Paul Oakenfold, William Orbit, Graham Massey, Orbital, Evil Eddie Richards, The Beatmasters, Meat Beat Manifesto, Joey Beltram, Tommy Musto, The Irresistible Force y Caspar Pound. A los Shamen también les va bien en sus propias producciones, y los singles "Move Any Mountain", "Make It Mine" y "Hyperreal Orbit" son himnos infecciosos de tecno pop, mientras que "Omega Amigo" es un clásico de ambient temprano.
ONE LITTLE INDIAN
Sí, de hecho, un gran álbum seminal que contribuyó a convertir a muchas personas independientes (incluido su servidor) a las alegrías del maratón de pista de baile extático, junto con LFO, KLF, 808State, Orbital, The Orb, Primal Scream, FSOL, el "Keeping The Faith "comp y muchos otros. Aunque su contenido supuestamente ha envejecido hoy, todavía beneficia el factor de nostalgia inherente ("Hiperreal", "Omega Amigo", "Possible Worlds", "Oxygen Restriction" ...).
Y luego está la gema absoluta, que no era una melodía destacada en ese momento y nunca fue lanzada como una versión completa de 12 pulgadas, estoy hablando de "Hear Me O My People (Orbital - Delays Expected)" un track trance pisa fuerte con sutilmente retumbantes latidos 4/4 sobre almohadillas dramáticas, y un discurso de voz hablada de un predicador sudafricano anti-apartheid; que combina el ambiente indierave del Shamen con un Orbital temprano en su pico trippy y que imo alcanza la perfección en una posición de cruce subterráneo debido a su estado BPM relativamente bajo, lo que lo hace adecuado en enfoques indie, baleares, cósmicos pero también de house profundo y trance temprano.
Una melodía que lo envía directamente a la línea de tiempo particular de un 1990 muy sonriente y utópico, y que todavía puede dejarse caer hasta el día de hoy como un abridor y finalizador de set ideal.
- restless
No hay comentarios.:
Publicar un comentario