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domingo, 24 de mayo de 2020

Hermeto y la Razón de su Vida

HERMETO PASCOAL | PH: Emerson Marques PedroHERMETO PASCOAL | PH: Emerson Marques Pedro

Una terapia que cura llamada música. El músico brasileño, Hermeto Pascoal, mostró parte de su inclasificable repertorio con Aline Morena, en el teatro El Círculo. Por Franco Falistoco y Julieta Rigali, especial para El Ciudadano.


Este artículo fue encomendado y posteriormente publicado en el año 2013 para El Ciudadano en edición impresa y en su portal web. Actualizado en 2020 con imágenes y correcciones de estilo. Las fotografías pertenecen a un concierto en 2013, en Brasil, por Emerson Marques Pedro (CC BY-NC-SA 2.0)


Hermeto Pascoal, músico y multi-instrumentista, se presentó con Aline Morena en el teatro El Círculo y repasó su enorme bagaje discográfico. Conversamos telefónicamente antes de su llegada a Rosario, con el connotado artista, que recibió halagos hasta de Miles Davis, mientras aguardaba en un aeropuerto chileno, un vuelo que lo llevaría a Bahía Blanca donde dio el primero de los conciertos en tierra argentina.

Del otro lado de la línea hay una pareja bastante particular, el primero en cuestión es un experimentado e inclasificable artista capaz de sacarle sonidos armónicos y melodiosos a una tetera.

La primera pregunta acerca de quién era Hermeto Pascoal fue respondida del siguiente modo: “Es un músico que ama la música y le gusta mucho tocar en cualquier lugar del mundo”. También dijo que se relaciona con la ella de manera muy particular, algo que debería ser una constante en todo el mundo. “Hago música desde que nací, todos los días de mi vida, en este mismo instante estoy componiendo una canción para que cuando llegue allá (Argentina) la pueda presentar para todos los que puedan ir al show, la llevo bien fresca, para que la disfruten”.

Acerca de qué comprende por música, la respuesta de Hermeto sonó como el golpe de un platillo. “Es la razón de mi vida, la comunicación con el público es maravillosa. La música es una terapia pura y cura independientemente de la religión que cada uno profese. Cuando nací, en 1936, sentí que tenía que hacer música, mi llanto fue mi primera canción, llegando a este mundo que puede ser muy duro pero que vale la pena vivir”.

La obra de Pascoal es inclasificable, libre de etiquetas y nomenclaturas, es tan inabarcable que toca gran cantidad de instrumentos y tiene la habilidad de ejecutar prácticamente cualquier cosa que tenga enfrente, de arrancar desde las entrañas mismas del acero las melodías más increíbles, de crear sonoridades partiendo de utensillos de cocina, artefactos eléctricos, elementos de uso cotidiano, también de objetos de percusión, instrumentos de cuerdas y de vientos; nada, al alcance de su mano, queda marginado de la magia que le imprime el músico para obtener melodías.

Sobre las emociones que obtiene de tocar objetos, el artista brasileño expresó: “Cada vez estoy más feliz, siento plenitud, así voy llevando la vida hacia adelante. Cuando nacemos pisamos el primer escalón de la infinita escalera de la vida. Y es bonito tocar mientras voy subiendo los escalones en la vida del sonido”.

De Paisajes y Texturas


HERMETO PASCOAL 2013 ph: Emerson Marques PedroHERMETO PASCOAL | PH: Emerson Marques Pedro

Quienes hayan profundizado en la obra de Pascoal, reconocerán sonoridades clave en sus piezas, algunas tienen límites borrosos entre lo concreto y lo experimental. Pascoal no sólo trabaja con los sonidos convencionales que estructuran lo que se denomina “música” sino que va más allá acercándose al trabajo con paisajes y texturas sonoras, registrando sonidos de la naturaleza, el campo, la ciudad. Su relación con estos es sorprendente. “¡Ave María! Yo nací en Arapiraca, Lagoa da Canoa, en el estado de Alagoas, Brasil. Hasta mis 14 años viví en el interior donde no había suministro eléctrico, estaba solo con los sonidos del agua, de la naturaleza, del pueblo”, señaló. Allí aprendió a tocar el bandoneón de ocho bajos que pertenecía a su padre; luego, a los once logró reemplazarlo en las festividades campesinas tocando forró, un ritmo folclórico de la zona brasileña. También, por esos años, aprendió a tocar tamborín y flauta, todo de manera autodidacta. “A los catorce fui a Pernambuco, en Recife, donde comencé a conocer las grandes ciudades. A la música que hacemos la denomino Música Universal”.

La escucha es cultural. Se sabe, pues, que es siempre dirigida y está velada por ciertos intereses; en los medios de difusión siempre se promueve lo que responde a intereses determinados. Sobre si debería promoverse más la escucha consciente, una escucha que aleje de la unidireccionalidad sin discernimiento, Hermeto afirma lo siguiente: “Nunca antepongo el saber a mi forma de sentir, todas mis emociones van primero. Me gusta sentir primero y pensar después. Primero escucho los sonidos, las ideas, invento canciones con imágenes, y trato de desarrollar eso. Hay tantas cosas que es difícil de explicar, porque los sonidos son sensaciones. Son sonidos que voy escuchando como palabras, imágenes, a veces me veo andando a caballo o nadando, pienso en todo eso cuando estoy componiendo, el sentimiento, las emociones están primero”.

Acerca del proceso creativo y la improvisación, el músico apuntó: “Yo tengo cuatro formaciones, toco con un grupo, luego el Hermeto Pascoal Dueto, una sinfónica y una Big Band. Con todos, cuando llegamos al escenario para hacer nuestra música, no tenemos repertorio preparado. No hay orden o cosa similar, va todo junto, improvisamos y nos sentimos como en casa”.

Todo es Bueno cuando Suena

Hermeto saca sonidos de cualquier elemento que pueda ser ejecutado: “Son sonidos sin premeditación, improvisados, ni yo mismo puedo creer los sonidos que llego a lograr, ahora estoy tocando con una tetera con agua. Dejo que la tetera fluya y que su música salga, se libere, algo muy distinto e inesperado. Dejo que partan las sorpresas de quien toca la música con la tetera y de quien la recibe también”.

“Mis días nunca son iguales, creo que es importante vivir el presente y, particularmente, nunca recuerdo lo que hice ayer. Es importante vivir ahora, el día anterior ya está en mí, ya pasó, y especialmente, me interesa el hoy. Me gustan mucho los viajes y estando ahora en el aeropuerto, hablando con ustedes, ya estoy pensando en una nueva canción. Una canción que me muestre todo lo bonito que me pasa ahora, siempre sucede así, con mucha naturalidad y sin programar, me deleita escuchar música y también pensar en ella”, describió.

Maestro Hermeto

“Tuve un lindo sueño con el cual luego hice una canción, muchas veces me ocurre esta situación, que los sueños se convierten en canciones”, dice Hermeto y se pone a cantar junto con Aline Morena que está a su lado. Luego de cantar a capella durante un minuto y hacer sonidos con algún objeto que tenía en sus manos, Pascoal puso al teléfono a Morena y ella contó cómo fue su encuentro con el artista: “Nos conocimos hace 10 años en un workshop que Hermeto dio en Londrina, al norte del estado de Paraná, fui a tocar algo con él y luego me invitó a participar del grupo. Por ese entonces, pertenecía al club de fans de Hermeto. A él le encantó mi voz; cuando terminó preguntó dónde estaba yo y así nos conocimos. Así empezamos a hacer un show juntos. Así estamos juntos hasta el día de hoy”.

Aline también señala: “Yo quiero continuar encontrando mi camino, como todos los músicos que están con Hermeto, él hace que cada uno saque lo mejor de sí mismo, y a mí siempre me gustó bailar, así que también estoy haciendo percusión corporal con el. Empecé a tocar piano, guitarra caipira, percusión y quiero seguir encontrando mi camino en la música. Quiero descubrirme más en ese sonido, y a mí me gusta variar con ellos. Yo cantaba en un grupo folclórico y siempre me gustó la mixtura de géneros. Me encantó la música de Hermeto porque es la más mixturada de todas”.

A lo lejos, como si se hubiera alejado del auricular telefónico, se escucha la voz de Hermeto señalando que el de Rosario “va a ser un gran show, todos deberán ir con sus gargantas bien afinadas y preparadas para cantar: vamos a intercambiar mucha energía, mucha alegría dejando mucha esperanza para este mundo y unos sonidos tal vez un poco extraños”.

Compañera de Ruta Musical

ALINE MORENA, HERMETO PASCOAL | PH: Emerson Marques PedroALINE MORENA, HERMETO PASCOAL | PH: Emerson Marques Pedro

Desde hace unos años Hermeto Pascoal comparte su vida con Aline Morena, quien es integrante de uno de los grupos con los que sale a hacer sus presentaciones. En el dúo con Aline, ella también toca varios instrumentos: la guitarra caipira, percusión y también baila. Pascoal ilustra: “Una vez tocamos en una pileta con agua dentro, ella tocaba con las manos y yo varios instrumentos juntos. Imaginen eso en el palco con el público, la gente reacciona y lo hace muy bien. A veces veo que Aline está bailando con la música que estoy haciendo, es algo maravilloso y cuando lo veo, más me sorprendo. Cuando ocurre todo esto en el dúo, me parece que lo importante es crear sin parar, también veo que el dúo tiene más instrumentos que personas. Aline es una compañera de ruta musical y de vida”, grafica humorísticamente el músico brasileño.

Intérprete en simultáneo: Laura Berchansky
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Publicado originalmente en: ElCiudadanoWeb y edición impresa.
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Si gustan, pueden escucharla por aquí en El RUIDO es el Mensaje
RUIDO 09 del ciclo 2013

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barbarismos

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El Comité empezó a ser acosado por la policía. Hipólito Salazar, que había fundado la Federación Indígena Obrera Regional Peruana, fue deportado. Urviola enfermó de tuberculosis y falleció el 27 de enero de 1925. Cuando enterraron a Urviola varios dirigentes de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo no pudieron asistir a su velatorio en el local de la Federación de Choferes, en la calle Sandia. El sepelio fue multitudinario. Los ejércitos particulares de los hacendados se dedicaron a quemar las escuelas que el Comité había abierto en diversos puntos del interior del Perú y persiguieron también a sus alumnos y profesores. Antes de la sublevación de Huancané de 1923, fusilaron a tres campesinos de Wilakunka solo porque asistían a una de estas escuelas. El año siguiente, durante una inspección que realizó a las comunidades de Huancané, el Obispo de Puno, Monseñor Cossío, constató la acción vandálica de los terratenientes que habían incendiado más de sesenta locales escolares. No contentos con quemar las escuelas que organizaba el Comité y asesinar a sus profesores o alumnos, los gamonales presionaron a las autoridades locales para que apresen a los delegados indígenas y repriman a los campesinos que los apoyaban. Entre 1921 y 1922, diversos prefectos y subprefectos perpetraron crímenes y atropellos. Hubo casos donde fueron los mismos gamonales los que se encargaron de asesinar a los delegados de la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo. Domingo Huarca, delegado de los comuneros de Tocroyoc, departamento del Cusco, quien había estado en Lima tramitando memoriales, fue brutalmente asesinado. Los gamonales primero lo maltrataron, después le sacaron los ojos y finalmente lo colgaron de la torre de una iglesia. Vicente Tinta Ccoa, del subcomité de Macusani, en Puno, que fue asesinado por los gamonales del lugar. En agosto de 1927, la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo dejó de funcionar luego que, mediante una resolución suprema, el gobierno de Leguía prohibió su funcionamiento en todo el país. Gran parte de la promoción de líderes indígenas que se forjó con la Pro-Derecho Indígena Tahuantinsuyo engrosó los nuevos movimientos sociales que iban a desembocar en la formación del Partido Comunista y el Partido Aprista. Fueron los casos de Ezequiel Urviola, Hipólito Salazar y Eduardo Quispe y Quispe, que fueron atraídos por la prédica socialista de José Carlos Mariátegui; o de Juan Hipólito Pévez y Demetrio Sandoval, que se acercaron a Víctor Raúl Haya de la Torre y el Partido Aprista. En 1931, después del derrocamiento de Leguía y la muerte de Mariátegui, el Partido Socialista, convertido en Partido Comunista, lanzó la candidatura del indígena Eduardo Quispe y Quispe a la Presidencia de la República. HÉCTOR BÉJAR.

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realismo capitalista peruano, ¡ja, ja!

rojo 2

es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo

En tercer lugar, un dato: una generación entera nació después de la caída del Muro de Berlín. En las décadas de 1960 y 1970, el capitalismo enfrentaba el problema de cómo contener y absorber las energías externas. El problema que posee ahora es exactamente el opuesto: habiendo incorporado cualquier cosa externa de manera en extremo exitosa, ¿puede todavía funcionar sin algo ajeno que colonizar y de lo que apropiarse? Para la mayor parte de quienes tienen menos de veinte años en Europa o los Estados Unidos, la inexistencia de alternativas al capitalismo ya ni siquiera es un problema. El capitalismo ocupa sin fisuras el horizonte de lo pensable. Jameson acostumbraba a detallar con horror la forma en que el capitalismo penetraba en cada poro del inconsciente; en la actualidad, el hecho de que el capitalismo haya colonizado la vida onírica de la población se da por sentado con tanta fuerza que ni merece comentario. Sería peligroso y poco conducente, sin embargo, imaginar el pasado inmediato como un estado edénico rico en potencial político, y por lo mismo resulta necesario recordar el rol que desempeñó la mercantilización en la producción de cultura a lo largo del siglo XX. El viejo duelo entre el détournement y la recuperación, entre la subversión y la captura, parece haberse agotado. Ahora estamos frente a otro proceso que ya no tiene que ver con la incorporación de materiales que previamente parecían tener potencial subversivo, sino con su precorporación, a través del modelado preventivo de los deseos, las aspiraciones y las esperanzas por parte de la cultura capitalista. Solo hay que observar el establecimiento de zonas culturales «alternativas» o «independientes» que repiten interminablemente los más viejos gestos de rebelión y confrontación con el entusiasmo de una primera vez. «Alternativo», «independiente» yotros conceptos similares no designan nada externo a la cultura mainstream; más bien, se trata de estilos, y de hecho de estilos dominantes, al interior del mainstream.
Nadie encarnó y lidió con este punto muerto como Kurt Cobain y Nirvana. En su lasitud espantosa y su furia sin objeto, Cobain parecía dar voz a la depresión colectiva de la generación que había llegado después del fin de la historia, cuyos movimientos ya estaban todos anticipados, rastreados, vendidos y comprados de antemano. Cobain sabía que él no era nada más que una pieza adicional en el espectáculo, que nada le va mejor a MTV que una protesta contra MTV, que su impulso era un cliché previamente guionado y que darse cuenta de todo esto incluso era un cliché. El impasse que lo dejó paralizado es precisamente el que había descripto Jameson: como ocurre con la cultura posmoderna en general, Cobain se encontró con que «los productores de la cultura solo pueden dirigirse ya al pasado: la imitación de estilos muertos, el discurso a través de las máscaras y las voces almacenadas en el museo imaginario de una cultura que es hoy global». En estas condiciones incluso el éxito es una forma del fracaso desde el momento en que tener éxito solo significa convertirse en la nueva presa que el sistema quiere devorar. Pero la angustia fuertemente existencial de Nirvana y Cobain, sin embargo, corresponde a un momento anterior al nuestro y lo que vino después de ellos no fue otra cosa que un rock pastiche que, ya libre de esa angustia, reproduce las formas del pasado sin ansia alguna.
La muerte de Cobain confirmó la derrota y la incorporación final de las ambiciones utópicas y prometeicas del rock en la cultura capitalista. Cuando murió, el rock ya estaba comenzando a ser eclipsado por el hiphop, cuyo éxito global presupone la lógica de la precorporación a la que me he referido antes. En buena parte del hip hop, cualquier esperanza «ingenua» en que la cultura joven pueda cambiar algo fue sustituida hace tiempo por una aceptación dura de la versión más brutalmente reduccionista de la «realidad». «En el hip hop», escribió SimonReynolds en su ensayo de 1996 para The Wire :
«Lo real» tiene dos significados. En primer lugar, hace referencia a la música auténtica que no se deja limitar por los intereses creados y se niega a cambiar o suavizar su mensaje para venderse a la industria musical. Pero «real» también es aquella música que refleja una «realidad» constituida por la inestabilidad económica del capitalismo tardío, el racismo institucionalizado, la creciente vigilancia y el acoso sobre la juventud de parte de la policía. «Lo real» es la muerte de lo social: es lo que ocurre con las corporaciones que, al aumentar sus márgenes de ganancia, en lugar de aumentar los sueldos o los beneficios sociales de sus empleados responden […] reduciendo su personal, sacándose de encima una parte importante de la fuerza de trabajo para crear un inestable ejército de empleados freelance y demedio tiempo, sin los beneficios de la seguridad social.


MARK FISHER.

perú post indie

Haz el ejercicio de pasear una tarde por la plaza del Cuzco, siéntate a la vera de su fuente y distinguirás entre cuzqueños, entre las decenas de argentinos hippies (muchos realmente insoportables), unos cuantos chilenos y de esa pléyade de "gringos" -que vienen dispuestos a ser estafados, bricheados, etc-, a unos curiosos especímenes: los limeños.
Contrariamente a lo que creemos los hijos de esta tierra, lo primero que nos delatará será nuestro "acento". Sí, querido limeño, tenemos acento, un acentazo como doliente, como que rogamos por algo y las mujeres, muchas, además un extraño alargamiento de la sílaba final. Pero lo que realmente suele llamarme la atención es la manera como nos vestimos para ir al Cuzco, porque, el Cuzco es una ciudad, no el campo. Tiene universidades, empresas, negocios, etc. Siin embargo, casi como esos gringos que para venir a Sudamérica vienen disfrazados de Indiana Jones o su variante millenial, nosotros nos vestimos como si fuésemos a escalar el Himalaya. Ya, es verdad que el frío cuzqueño puede ser más intenso que el de la Costa -aunque este invierno me esté haciendo dudarlo- pero echa un vistazo a todo tu outfit: la casaca Northfake, abajo otra chaquetilla de polar o algo así de una marca similar, las botas de montañista, tus medias ochenteras cual escarpines, todo...
Y es que esa es la forma como imaginamos la Sierra: rural, el campo, las montañas, aunque en el fondo no nos movamos de un par de discotecas cusqueñas. Es decir, bien podrías haber venido vestido como en Lima con algo más de abrigo y ya; pero no, ir al Cuzco, a la sierra en general es asistir a un pedazo de nuestra imaginación geográfica que poco tiene que ver con nuestros hábitos usuales del vestido, del comportamiento, etc. Jamás vi en Lima a nadie tomarse una foto con una "niña andina" como lo vi en Cuzco y no ha sido porque no haya niños dispuestos a recibir one dollar por una foto en Lima, pero es que en Cuzquito (cada vez que escucho eso de "Cuzquito" me suda la espalda) es más cute. Ahora, sólo para que calcules la violencia de este acto, ¿te imaginas que alguien del Cuzco -Ayacucho, Huancavelica, Cajamarca o hasta de Chimbote- viniese y te pidiera tomarse una foto con tu hijita, tu sobrino, o lo que sea en Larcomar para subirlo a Instagram o al Facebook? ¿Hardcore, no?


FRED ROHNER
Historia Secreta del Perú 2

as it is when it was

sonido es sonido

sonido es sonido

pura miel

nogzales der wil

RETROMANÍA

"...Pero los 2000 fueron también la década del reciclado rampante: géneros del pasado revividos y renovados, material sonoro vintage reprocesado y recombinado. Con demasiada frecuencia podía detectarse en las nuevas bandas de jóvenes, bajo la piel tirante y las mejillas rosadas, la carne gris y floja de las viejas ideas... Pero donde lo retro verdaderamente reina como sensibilidad dominante y paradigma creativo es en la tierra de lo hipster, el equivalente pop de la alta cultura. Las mismas personas que uno esperaría que produzcan (en tanto artistas) o defiendan (en tanto consumidores) lo no convencional y lo innovador: ese es justamente el grupo más adicto al pasado. En términos demográficos, es exactamente la misma clase social de avanzada, pero en vez de ser pioneros e innovadores han cambiado de rol y ahora son curadores y archivistas. La vanguardia devino en retaguardia." SIMON REYNOLDS Retromanía

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