Desde su punto de vista, no hay contradicción entre estas dos afirmaciones. Lo que él afirma es que un individuo nunca podrá encontrar la salida del abatimiento solo a través del arte; más bien, solo a través de nuevas formas de solidaridad que necesariamente tienen que involucrar al arte, ese escape será posible. Si el punto sobre la colectividad nunca ha sido más urgente, la alabanza de Negri al arte parece extrañamente nostálgica, ya que la era del realismo capitalista también ha experimentado todo tipo de sinergias entre el arte y los negocios, nunca mejor plasmadas en el concepto de "industrias creativas".
Por supuesto es posible argumentar que el arte que ha dominado en el realismo capitalista, con su valor artístico y comercial enormemente inflado, es un arte falso, una traición y una disolución de la militancia inherente a él. Pero ¿por qué no seguir a fondo la lógica de la negatividad de Negri y sostener que no existe una energía utópica ya existente, ready-made; que no hay algo que, por su propia naturaleza, resista incorporarse al capital? De este modo, no sería, entonces, un problema de creatividad versus capitalismo, o de que el capitalismo captura la creatividad de la multitud. En cambio, el enemigo podría ahora ser llamado más adecuadamente capitalismo creativo, y para vencerlo no se necesitarán nuevos modos de positivismo, sino nuevos modos de negatividad.
MARK FISHER
K-Punk 2
2020
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