Cincuenta años de música condensados en setenta minutos. El pop que no parece pop, moderno y clásico al mismo tiempo.
Tras firmar un álbum tan sobresaliente como "Strawberry Jam" (2007) y perder termporalmente a uno de sus cuatro miembros (Deakin), Animal Collective cambian su forma de trabajo, de la improvisación en el estudio a hacerlo por separado intercambiando bocetos y llegar finalmente a una puesta en común. Todo parece normal hasta que comienza a sonar el disco y un universo asombroso se abre ante nuestros oídos. No es nuevo ni han descubierto la piedra filosofal del pop, pero lo que ofrecen es cautivador, hipnótico, luminoso, crepitante. La magia de "Merriweather Post Pavillion" está en la deconstrucción de múltiples elementos de todo lo ya conocido, del alma de la alquimia pop de los Beach Boys al techno, de las percusiones africanas al minimalismo, del pop californiano al vacío espacial, de la psicodelia más ensoñadora a la electrónica más sutil, para crear algo diferente, un sonido que nace en el pop y viaja hasta el infinito, y que ha servido a otros (Tame Impala, Django Django, MGMT) como modelo a seguir años después.
El disco es como la portada, una ilusión. Si esta ofrece una falsa sensación de movimiento, el álbum hace la misma función, pero deslumbrando, más que engañando, al oyente. Como un truco de David Copperfield, te muestra algo que ya conoces como si fuera la primera vez que lo ves. En su poso, "Merriweather Post Pavillion" es pop, con estribillos y melodías, pero tan enrevesadas, difuminadas y complejas que te ofrecen un espejismo grandilocuente de su contenido.
El otro gran acierto del trío es que aquí nada sobra, no hay un momento que ensombrezca o baje el nivel en los setenta minutos de contenido. Todo reluce con más o menos brillo, de las flotantes "Also Frightened" y "Bluish" a la más experimental "Daily Routine" o la rotunda y gigante "Summertime Clothes". Pero si hay que condensar todo ese contenido, las toneladas de imaginación, instrumentación salvaje, voces clonadas y capas y capas de sonido en una única canción, hemos de referirnos a "My Girls": el sol y las estrellas hechos música, una supernova pop en la que cincuenta años de música y estilos se funden en uno solo. Grande es poco.
JULIO A. CUENCA
RDL 333 - Noviembre 2014
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