SCORN certifica un viaje alucinante desde el Hades hasta un recóndito paraje en el espacio sideral.
por REVORDRIFT.
Agosto de 1994, verano en el Reino Unido, concretamente en Birmingham nace este tercer disco del acto SCORN, conformado principalmente por Michael John Harris (percusión) y Nicollas Bullen (voz) ambos provenientes de la banda Napalm Death, sumados a Jim Plotkin (guitarras).
Haciendo eco de ritmos industriales, Dub, Trip hop, electrónica experimental y Ambient; SCORN deviene una suerte de siniestra electrónica a ritmos constantes pincelando y maquillando la obscura y pétrea naturaleza de su estructura sonora, utilizando fórmulas de ejecución instrumental alternativas a lo convencional, combinando los dispositivos eléctricos propios de la época a la manera atmosférico-minimalista, alcanzando niveles de sofisticación y hasta versátil abstracción siempre con un ritmo variable en cada uno de sus cortes. Hoy 30 años después, el sonido del Evanescence (Esfumación) mantiene vigencia con los lanzamientos discográficos del propio acto en la presente década además de resultar hasta actual en otros exponentes del dark ambient dub vigentes. Sin embargo hay una metamorfosis en el sonido de SCORN desde su génesis hasta este “Evanescence”.
Ese año 1994 se publicó también el “Dummy” de Portishead, el “Selected Ambient Works 2” de Aphex Twin y Bark Psychosis haría lo propio con su “Hex”. También entró en vigor la constitución de Fujimori en el Perú, Nelson Mandela salió elegido presidente de Sudáfrica poniendo fin a los 44 años de apartheid y Yaser Arafat gana el premio Nobel de la paz. Un escenario internacional donde EE.UU regía sin contrincante ni contrapeso, tras el desmembramiento del régimen soviético, un contexto político social en lo local en el que se vivía un patente enfrentamiento armado entre el estado peruano y Sendero Luminoso.
Es 1992 cuando se publicó el álbum debut de SCORN - Vae Solis, en el cual el metal industrial está aún presente y se nota descollante la herencia del grupo Napalm Death, del cual provienen Harris y Bullen. “Collosus” (1993) y “Evanescence” (1994), segundo y tercer disco respectivamente, constituyen un giro que realiza la banda en su sonido llevándolo a entornos más electrónicos y atmosféricos que propiamente los del rock pesado e industrial. Donde más se nota esta transformación es en la voz que gana en armonía sin perder demasiado en fuerza, descartando el chillo y la saturación de la pronunciación gutural.
Bullen con sus vocalizaciones, Harris en la percusión y Plotkin en la guitarra configuraron un conglomerado hipnótico-narcótico-noctámbulo desde Birmingham UK brioso y enjundioso en su constitución sonora dando lugar a este 3er álbum de la agrupación bajo el sello discográfico Earache Records.
SCORN, produce en el Evanescence, un sonido original para su tiempo, donde se combinan los bajos profundos con las guitarras minimalistas, la percusión con un tempo poco acelerado y con vocalizaciones certeras y breves como cortas exhalaciones.
La detenida escucha de estas piezas del Evanescence (Esfumación) decanta hacia esos rasgueos guitarreros modulados por Plotkin, propagándose por la sincronía de la composición.
Además la utilidad de la repetición descubriendo nuevos matices a medida que avanza el track en ese lejano y frío guitarreo extremo propio de bandas de avanzada en los noventa.
Como influencias para su expresión musical podemos citar: CABARET VOLTAIRE, CLUSTER, BRIAN ENO, THROBBING GRISTLE, TANGERINE DREAM.
Como colegas de vuelo contemporáneos: SPACETIME CONTINUUM, AUTECHRE, COIL ,TRANSIENT WAVES, SEEFEEL, APHEX TWIN.
Lo que resalta en el Evanescence, en primeras instancia es el golpeteo y pulsación de la percusión, es lo que salta más a la vista, no obstante las guitarras sugerentes adhiriendo sus texturas y vibraciones de manera subyacente haciendo uso auténtico de la fórmula minimal, incisiva, espacial y filuda en la mayor parte de sus momentos. Si la base de percusión sirve de capa exterior la combinación con los sonidos de las cuerdas electrificadas engendra un furor y una insana cualidad que nos remonta ya no a Napalm Death, sino a un sonido que se coloca más allá del rock de avanzada.
Las cuerdas son el aspecto subyacente que modulado con los efectos electrónicos remiten a un paraje sonoro de fría y metálica textura. Los matices y carices que permiten una profunda escucha de estas proteicas atmósferas de oscura e industrial acritud hace que SCORN cree y evoque una minimalista e hipnótica amalgama de vibraciones.
Los enormes paisajes sonoros de los graves y tétricos bajos, se suceden en su vastedad, mientras que la música es un lento avance entre el sonido industrial, con guitarras que vibran lentamente en clave minimalista y voces que son mortalmente lentas y tenues, y casi enterradas en una mezcla más espesa que la niebla británica.
Evanescence: 10 piezas y el espacio exterior acercándose.
“Silver Rain fell” se inicia con una ácida pero cautivante atmosfera espacial que evoca esa fría y extraña naturaleza sideral que serviría de iniciática coordenada en donde situar el sonido que se presenta en este Evanescence (Esfumación). Estos ambientes guitarreros de avanzada harían eco en actos posteriores no tan lejanos en el tiempo como Transient Waves o a bases de ritmos cercanos a lo Front 242.
“Light trap” (trampa de luz) refleja esa intención de combinar la sintonía en su eléctrica constitución con las capas de sonido en un segundo plano generadas por la guitarra. El tempo en este tema se sitúa en adagio y las vocalizaciones son tratadas como un efecto de sonido más a toda la orquestación.
La profunda oscuridad pseudo-tribal que luce “Falling” con esa siniestra amalgama entre guitarra y percusión que es encauzada con las vocalizaciones: “Your body is losing all sensation/tu cuerpo está perdiendo toda la sensación”, sumada al ritmo acelerado y las pulsiones de la orquestación; conlleva a ambientes y circunstancias sonoras de profusa delectación.
En “Autómata” la agónica densidad de los sonidos junto con la voz aturdidora pronunciando “you gave me death/ tú me diste la muerte” alberga una pesadez de tenebrosa laya.
En “Days passed” la cascada sonora embriaga partiendo de un riff de teclado algo psicodélico pendido de la percusión y los efectos electrónicos conviviendo y configurando la melodía siendo la guitarra su dibujante o guía, es decir delineando las rutas y límites a los que arriba la morfología del tema.
En “Dreamspace” el inicio a lo Aphex Twin conecta con un groove íntegramente eléctrico fomentado por la base de percusión, dejando frases como: “Drift even further in darkness”/”déjese llevar más lejos en la oscuridad”.
La electrónica tribal deja también entreverse en el inicio de “Exodus” para dar pie a unas densas atmosferas adornadas por diversidad de sonidos desde la guitarra hasta un cuerno celtíbero allá en su particular derrotero de tenaz agonía. En “Exodus” son las guitarras etéreas y envolventes en lo recóndito de la composición las que tocadas de esa detallada manera copan los sentidos esfumándose hasta volver a repetirse.
“Night tide”, lleva a paisajes rítmicos que van de menos a más, detalles y tonos modulados industriales con la irrupción de una especie de letanía repetitiva: “The secret of eternity/el secreto de la eternidad” - “Die slowed / muere con demora” fervientemente articulada por Nicollas Bullen en su particular retahíla sonora.
“The end” se acerca más al sonido de SEEFEEL (grupo también proveniente de la camada noventera en su coqueteo con la electrónica abstracta) con sus largos ambientes de teclado y una percusión rica en matices y colores.
El disco finaliza con “Slumber”, el trayecto llegando a su finitud, tocando fronteras con lo espacial y traspasándolas siempre en la línea minimalista y experimental haciendo guiños a bandas como Cluster y hasta Tangerine Dream.
La posterior discografía del grupo, Elipsis y Gyral (1995), Zander y Whine (1997) y un largo etcétera confirman la deriva electro de este grupo que al venir de una tradición metalera o hardcore punk lo provee de un talante sui-generis o cualidad de rara avis. Un tono temperado en la voz, geniales secuencias de percusión y guitarras sugestivas dotan al “Evanescence” de una especie de circunspección y reserva que si bien no eleva a parajes celestiales, te lleva a un tour por los densos e inquietantes avernos del ambient dub, algo difícilmente olvidable.
“Café mor” (2019) supuso la vuelta de SCORN por un hiato de 9 años en su discografía y “The only place” (2021) refrenda lo dicho beneficiándose de las novedades tecnológicas que proporciona la paleta de sonidos en esta década actual.
En rigor, SCORN certifica un viaje alucinante desde el Hades hasta un recóndito paraje en el espacio sideral, el cual personifica, en su alienígena configuración, la deriva electrónica industrial y experimental de la agrupación en todos estos años.
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