La incandescencia de My Bloody Valentine y su shoegazing vanguardista tuvieron su nuevo momento de gloria con las reediciones de sus dos álbumes, “Isn't Anything” (1988) y “Loveless” (1991), en 2012. Largamente anunciadas, por fin se materializaron, y pusieron de actualidad el legado de unos pioneros con una obra visionaria. Fueron escogidas las mejores de ese año en el Rockdelux 313. Nando Cruz las comentó unos meses antes, junto a un recopilatorio de los reputados singles del cuarteto comandado por Kevin Shields entre 1988 y 1991.
POR NANDO CRUZ
Extraído de RDL 309 (Septiembre 2012)
El culto a la visionaria obra de Kevin Shields no ha dejado de crecer. Sobre todo en la última década, cuando la vuelta a la actividad de My Bloody Valentine ha disparado los rumores de nuevo disco. Por ahora, lo único que ha llegado es la remasterización de “Loveless” (1991): cuatro años tarde y por duplicado. Según Shields, una procede del máster y elimina la compresión digital, de modo que oímos un “Loveless” algo más expandido y con puntuales saturaciones; la otra toma como base la cinta previa a la digitalización y ahí Shields ha eliminado defectos y resaltado virtudes de la mezcla original. La diferencia más comentada es ese pellizco erróneo en uno de los CDs (durante “What You Want”) que indica que el perfeccionismo de Shields no ha sido tanto.
Nada de ello resta altura a una obra que mantiene su incandescente resplandor. Un disco que redefine el concepto wall of sound sin renunciar al formato monoaural, que confunde al oyente respecto a las fuentes reales de las que surge cada sonido, con samples que no lo parecen y efectos reverb en reverso. Poco cabe añadir a lo que escribió Guillermo Z. del Águila en RDL 259. Únicamente incidir en su condición de disco climático (pues genera una sensación de sofoco solo mediante sonido), apuntar que la tórrida y borrosa “To Here Knows When” fascinaría por igual a Daniel Lanois que a David Lynch y sugerir que el experimento dance “Soon” empieza a envejecer.
“Isn't Anything” (1988) es menos mítico, pero más influyente. Es el demarraje del pelotón shoegazing, la ascensión a la cima tras la cual llega el descenso por el barranco que nadie podrá seguir; ni siquiera su banda, pues Shields grabó casi solo. Pero en “Isn’t Anything” ya se detecta la intención de utilizar el sonido como arma de distorsión sensorial. “Soft As Warm (But Warm Inside)” es la caja de herramientas con las piezas separadas (batería, bajo hidráulico y melodía), las guitarras de “Several Girls Galore” avanzan en dirección contraria, “Feed Me With Your Kiss” es lo más cerca que estarían shoegazing y hardcore, “All I Need” adelanta a The Jesus And Mary Chain conjugando lo industrial con lo etéreo y “Sueisfine” obliga a recordar que la enajenada batería de Colm Ó Cíosóig fue clave.
“EP's 1988-1991” (2012) reúne “You Made Me Realise” (1988), “Feed Me With Your Kiss” (1988), “Glider” (1990) y “Tremolo” (1991), eludiendo toda referencia a su primera etapa. Reescuchando sus caras B intuimos que la melodía que raja “Thorn” de arriba abajo debió estar inspirada en una motosierra, que “I Believe” tiene un punto “Bonnie And Clyde” y que “Moon Song” es lo más cerca que estuvieron de los Beach Boys. Ni las letras ni las voces garantizan el mito. Es la incandescencia del sonido lo que motiva tan ultravívida experiencia. Hay cosas menores (“Off Your Face”, “Emptyness Inside”) y fallidas (“Swallow” y sus percusiones), pero al frente de todas ondea “You Made Me Realise”, un venenoso ciclón sónico.
Entre las curiosidades de este volumen se encuentran dos cortes instrumentales (uno es casi grunge y el otro samplea una base de Public Enemy), una toma de diez minutos de “Glider” (donde el efecto de estirar la melodía como un chicle de cuchillas es más hiriente y mareante), la rareza “Sugar” y tres temas razonablemente inéditos que abundan en ese shoegazing inquieto que buscaba texturas más metálicas y musculadas desde el fondo de la fragua sónica.
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