Sobre decencia, movilidad social, consciencia de clase, valores, subversión, tener éxito, sentimientos y otras cojudeces.
Hace unos días durante una conversa por whats un broder me espetó: "dog, ¿pq xuxa la escena avantgarde no ha forjado un espíritu combativo? explícame esa wea, puros tibios nomás" y obvio le dí una contestación al respecto, seguidamente estos días ante posteos en instagram sobre la gentrificación de la movida experimental extraídos de la tesis de Francisco Haya de la Torre apareció un comentario, que luego bloqueé, que lo tomaba a la chacota y decía algo así como "acá vemos a otro viejo virgo que cree que descubrió el fuego... deje que los jóvenes se diviertan con la música" lo ponía un usuario cuya imagen de perfil provenía de un anime y así.
Total que eran como posturas opuestas y sí hay de todo, tanto gente que no sabe ni donde está parado ni lo quiere saber, cuya mentalidad va modulada por las estupideces sistemales y están los otros que todavía cultivan la distancia crítica. Para ellos va dedicado este blog, el sello, la música y laburo que todos estos años hemos venido trabajando.
Sale a colación estos sentires y reflexiones justo cuando acabo de descubrir un documento de electrónica combativa facturado por SPEAKER MUSIC ante los sucesos del 2020, a saber, las brutalidades cometidas contra los afroamericanos en Yankeelandia. Eso que recientemente fue objeto de mofa por abogados de la PUCP, el caso de George Floyd. Una historia de abusos que se remonta a la trata de esclavos y va actualizándose. El disco vibra cual paisajes de IDM desmenuzado sobre el cual se sueltan consignas y poesía ad hoc, samples de los mass media reportando las manifestaciones e instrumentos de la tradición jazz. Una suerte de techno negro a lo Miles Davis. Espectacular, testifica fehacientemente la locura y lucha a pie firme del pueblo afro en la llamada Tierra de la Libertad. Hablamos de "Black Nationalist Sonic Weaponry" publicado el 2020 por el sello inglés Planet Mu. Imposible olvidar al loco Leo Bacteria que hacía lo propio desde los 90 con su sonido techno gabber pleno de lírica anti "fachos pelucones" etc. Cuando le comenté al bro de Espacio Sonido la barrabasada de la fachería adueñándose del legado y nombre de INSUMISIÓN para sus propósitos replicó terminante: "Insumisión es del pueblo".
Me han preguntado "en qué andabas en los 90", pues les cuento que además de estar metido hasta el tuétano en la onda experimental avant shoegaze veía de lejos a los tótems de la manada, llámese Björk, Radiohead, Oasis, Mar de Copas o Soda Stereo/Cerati. Asímismo en lo que respecta a las manifestaciones anti fujis, lavado de la bandera y proto-caviar que ya por esos años empezaban. Se me hacía posturas hipsterosas. El ímpetu izquierdoso lo he ido cultivando con el devenir del tiempo y la experiencia acumulada, tanto intelectual como de vida. Crisálida Sónica, por lo que puedo colegir, éramos mayoritariamente adscritos a la ideología generación X, descreídos totales, curiosamente alguno ha terminado decantándose por el apoyo al lastre fuji facha, otros transmutamos en leftys y pocos más siguen enfocados en lo puramente musical sin comprometerse con ninguna política. Como diría Fidel, "la historia nos juzgará...".